Hace tiempo que los ciberdelitos son una amenaza global, pero en América Latina han aumentado a una velocidad vertiginosa.
"Los crímenes cibernéticos se han incrementado entre un 30% y un 40% en los últimos años en América Latina y es una de las zonas del mundo que mayor actividad registró en este sentido".
Así lo aseguró el presidente de la Fundación de Investigación del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), José Antonio Quesada, durante la XLIII Convención Nacional IMEF 2015, recientemente celebrada en Cancún, México.
Y los últimos informes sitúan, precisamente a México, en el punto de mira.
El país recibió en los últimos cuatro años 30.000 reportes telefónicos relacionados con delitos cibernéticos, declaró en julio de este año la diputada mexicana Lizbeth Eugenia Rosas Montero.
Pero no es el único país de la región que está en alerta.
La compañía de ciberseguridad Kaspersky Lab detectó cerca de 400 millones de intentos de ataques de virus en América Latina en 2015, lo cual se traduce en más de 20 incidentes por segundo.
En lo que respecta a este tipo de ataques (por virus), Brasil encabeza la lista de países en la región: 27,6 millones de intentos de infección, y es el número 18 a escala mundial.
México ocupa el segundo puesto en América Latina en ataques por infección de virus (15,9 millones de incidentes). Completan la lista Colombia (5,1 millones), Perú (4,3 millones), Venezuela (2 millones) y Chile con (1,6 millones).
Pero, ¿cuáles son los motivos que justifican el aumento de este tipo de crímenes en América Latina?
Los expertos apuntan a tres causas: la falta de reportes, el desarrollo económico e industrial y la dificultad de "seguir la huella" a los criminales.
1. Silencio peligroso
Quesada sostiene que es necesario que, tanto empresas como instituciones financieras y gubernamentales, así como los propios los ciudadanos, reporten los ataques cibernéticos, "lo cual, hasta ahora no se hace".
"Hay mucha opacidad en cuanto al robo de información a través de internet, pues las empresas no reportan estos delitos por temor a una pérdida reputacional que lleve a la fuga de clientes y afecte a los negocios", explicó el experto.
Quesada también aseguró que los gobiernos "son los principales hackers" y que "utilizan tecnología para obtener información fiscal con fines recaudatorios o políticos".
"América Latina no es una región donde únicamente existen ataques originados por los criminales cibernéticos sino también actores de mucho peso, como las agencias gubernamentales", asegura a compañía de ciberseguridad Kaspersky Lab.
2. Desarrollo económico e industrial
Según declaraciones del director de Investigación y Análisis de Kaspersky Lab en Latinoamérica, Dmitry Bestuzhev, "las víctimas se han ido masificando y los crímenes hoy ocupan todos los nichos posibles: comercio, empresas, corporaciones, gobiernos y personas de a pie".
Y de acuerdo con el informe que emitió dicha empresa, América Latina se ha convertido en "una región importante desde el punto de vista del desarrollo económico, la penetración de Internet y el desarrollo industrial en la escena mundial.
"Estos tres factores hacen que los ataques que se registraron en la región sean más complejos, mayores en sus números e incluso nuevos en cuanto a las técnicas utilizadas", señalaron los expertos de la compañía.
3. Dificultad de rastreo
Para las empresas, la principal amenaza es un tipo de troyano (software malicioso) especializado en robo de datos financieros, el cual estuvo presente en casi el 30% de los ataques.
Estos virus se propagan por medio de USB, archivos adjuntos en los correos y por la descarga y uso de software ilegal.
"En Colombia por ejemplo, los ciberdelincuentes utilizaron correos electrónicos para hacer creer a los usuarios que se trataba de un comunicado de la oficina de impuestos conocida como DIAN, en el que acusaban a los usuarios de evasión fiscal para así convencerlos de abrir el documento anexo", reporta Kaspersky Lab en su informe.
En el caso de México, la técnica del engaño se enfocó al envío de correos falsos supuestamente enviados por alguna institución bancaria.
"Habría que ver cómo y quien está produciendo esos delitos, pero muchas veces poder encontrar la huella en este tipo de ataques es muy complicado", dijo Quesada.