Aunque Samsung decidió cortar el problema de raíz y detener la producción del Galaxy Note7, el "smartphone" que se había convertido en su mayor pesadilla por las explosiones de sus baterías, el daño estaba hecho.
El martes la multinacional surcoreana veía caer un 8% el valor de sus acciones en la bolsa de Seúl y un 9,5% en la de Londres, y perder unos US$17.000 millones en valor de mercado.
Y los expertos adelantan que, de no tomar medidas, este asunto podría no sólo afectar la venta de celulares de la compañía, sino también a su imagen general.
"Samsung necesita actuar con rapidez para proteger su imagen de marca", advertía Mark Newman, un analista económico de la firma Sandford C. Berstein en Hong Kong.
Y es que Samsung es mucho más que una empresa de celulares.
De exportadora de pescado a conglomerado
Empezó como una exportadora en 1938, cuando Lee Byung-chu comenzó a enviar verduras, frutas y pescado de Daegu, en Corea del Sur, a Pekín y a Manchuria.
Incursionó en la industria de la electrónica a finales de la década de los 60 y, tras una creciente estrategia de internacionalización, hoy conforma un conglomerado multinacional compuesto por decenas de subsidiarias y empresas afiliadas.
Con más de 325.000 empleados —datos de la empresa—, el conglomerado es tan grande que le corresponde la quinta parte de las exportaciones de Corea del Sur y sus ingresos totales se equiparan al 17% del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
Con sus filiales, Samsung participa en la industria pesada, la automotriz, la marítima y la aérea, en los servicios financieros, en los servicios médicos, en seguros de vida, en productos químicos y en el sector del turismo y del entretenimiento.
De hecho, Samsung Heavy Industries es la segunda naviera más grande del mundo y Samsung Engineering and Samsung C&T están en el número 13 y 36 de las constructoras más grandes, respectivamente.
Aunque el mayor miembro del grupo es Samsung Electronics, dedicado a los productos electrónicos de consumo.
Celulares
Según el medio especializado en información económica Forbes, Samsung Electronics está en el puesto 18 de las mayores empresas del mundo, en cuanto a ventas en el puesto 12 y en beneficios en el 16.
Su capitalización de mercado (precio por acción) es de US$161.600 millones.
De todos sus productos, los que más ingresos le confieren son los teléfonos celulares.
Así ha sido en los últimos años y así se vio también en el último informe de resultados de la empresa, correspondiente al segundo cuatrimestre de 2016 y hecho público en julio.
Gracias a la imparable venta de smartphones, Samsung obtuvo los mejores resultados de cuatrimestre de los últimos dos años, reconocía la propia empresa.
Los beneficios netos (ingresos menos gastos) subieron un 18% con respecto al cuarto de año anterior, hasta alcanzar los 8,1 trillones de wones coreanos (US$7.710 millones).
Y el beneficio neto de la división de celulares creció un 57% año con año, principalmente gracias a las fuertes ventas de los modelos Galaxy S7 y Galaxy S7 Edge.
Una cifra que, tras los problemas con el Galaxy Note7, difícilmente se repetirá, según advierten los expertos.
Pero no sólo
Sin embargo, de acuerdo con el informe, el beneficio neto conjunto de otras divisiones supera al de los celulares.
Es decir, Samsung ingresó tanto por la venta conjunta de televisores, refrigeradores, lavadoras, monitores de computadora, impresoras, aparatos de aire acondicionado, teléfonos fijos, cámaras digitales, componentes electrónicos y semiconductores como por la de teléfonos inteligentes.
"La división de productos electrónicos de consumo logró un crecimiento de ingresos importante gracias a las fuertes ventas del (televisor inteligente) SUHD TV, el refrigerador Chef Collection, la lavadora AddWash y el recién lanzado aparato de aire acondicionado", explicaba Samsung en julio.
De hecho, en términos de cuota de mercado global Samsung es el número uno en televisores de pantalla plana y chips de memoria.
Es uno de los proveedores mundiales de electrodomésticos e incluso ha fabricado componentes para los celulares de uno de sus principales competidores en ese terreno: Apple.
La diversificación es su seña de identidad y también de cautela.
Ante la venta sin precedentes de celulares el último cuatrimestre, la empresa predecía un "aumento continuo de la demanda".
"Pero se espera que la competencia se refuerce con la salida al mercado de celulares de otras empresas", añadía.
Es el llamado a la prudencia que ya hizo en 2010, al regreso de un miniretiro, el actual presidente de Samsung, el magnate surcoreano Lee Kun-hee:
"El futuro de Samsung Electronics no está garantizado, pues muchos de nuestros productos estrella estarán obsoletos en 10 años".