Justo antes de que se casaran, el esposo de Jennifer le hizo una seria advertencia: "No utilices mi apellido, te vas a arrepentir todos los días".
Ella sabía de lo que le hablaba. Los típicos chistes familiares contados en todas las reuniones sociales una y otra vez.
El apellido en cuestión era "Null". Nulo, en inglés.
Pero no le hizo.
Y tal como las profecías autocumplidas, los problemas comenzaron justo después de la boda, cuando Jennifer intentó comprar unos boletos aéreos con su flamante apellido.
Y en la mayoría de las páginas web recibió como respuesta un error.
Le decían que había dejado en blanco el campo del apellido y que debía intentarlo nuevamente.
Luego de varios intentos optó por hacerlo a través del teléfono, pero eso no puso fin al engorroso proceso.
"La persona al teléfono me preguntaba por qué los estaba llamando si era un proceso tan fácil de hacer por internet. Al explicarles la situación me decían: 'Eso es imposible'", relata Jennifer.
Pero lo que le ocurrió tiene una explicación simple: la palabra "null" es usualmente insertada en los campos de las bases de datos para indicar que no hay datos
El significado de Null
Cada cierto tiempo los administradores tratan de solucionar el problema para las personas que, como Jennifer, llevan ese apellido "Null", pero es un problema atípico que es sorprendentemente difícil de resolver.
En el caso de una madre a tiempo completo que vive en Virginia, Estados Unidos, las frustraciones no se limitan a la compra de unos pasajes: tiene problemas para ingresar sus datos en la página para el pago de impuestos.
Y cuando ella o su esposo trataron de mudarse a una nueva ciudad, se les hizo complicado hasta solicitar el recibo de pago de servicios públicos.
Por lo general, mientras más importante es el sitio web o el servicio que ofrece online, más estrictos son los controles para sus usuarios, por lo que las complicaciones adquieren un nivel crítico en el día día familiar.
Antes de que naciera su bebé, Null trabajaba como maestra suplente, pero el portal a través del cual era notificada de que debía ir a cumplir un turno en alguna escuela nunca funcionaba correctamente, por lo que terminaba concretando sus días de trabajo por teléfono.
Jennifer Null, cuyo apellido vuelve el uso de Internet una pesadilla
"Me sentía como si estaba viviendo en el pasado. Por un lado, es realmente frustrante para nosotros cuando necesitamos cualquier servicio, pero por otro lado es solo una anécdota para las personas. Hacemos bromas al respecto. Siempre generamos historias divertidas con estas situaciones", cuenta.
Problema global
Sin embargo, Null no es el único ejemplo de un nombre que genera problemas para las páginas web.
Algunas personas solo tienen un nombre, sin apellidos. Otros tienen apellidos compuestos de una sola letra.
Esos problemas han sido reportados en el pasado.
Uno de ellos es el caso de Janice Keihanaikukauakahihulihe'ekahaunaele, una hawaiana, quien se quejó ante las autoridades porque los carné de identidad no permitían nombres tan largos como el de ella, que tiene 36 letras.
Tiempo después el gobierno actualizó sus sistemas permitiendo campos con límites de caracteres más flexibles.
"Casos extremos"
En el mundo de la computación estos incidentes son conocidos como "casos extremos": situaciones problemáticas e inesperadas para las que el sistema no fue diseñado.
"Cada dos años los sistemas de computación son actualizados o modificados, realizándose pruebas con una amplia variedad de datos, en particular nombres claramente identificados en la sociedad", explica el programador Patrick McKenzie.
"Eso no quiere decir que se prueben todos los casos extremos".
McKenzie desarrollo un interés personal en las fallas que registran los sistemas con nombres poco comunes.
El especialista ha compilado una lista de nombres que los programadores usualmente no revisan o comenten errores de procesamiento al diseñar las bases de datos que guardan información personal.
Traducción de nombres
No obstante, él mismo es una prueba viviente de lo relativo que resulta este dolor de cabeza con los nombres.
Vive en Japón, "donde los nombres de cuatro caracteres son algo raro. McKenzie tiene ocho, por lo que muchas veces los campos utilizados para colocar nombres no son lo suficientemente grandes para mí".
"Los sistemas de computación son diseñados teniendo estas formas en mente. Todos los años lleno la planilla de impuestos, y tengo que hacerlo como Mckenzie P porque ese es el espacio que tengo disponible".
Patrick ha hecho lo posible por integrarse en tierra japonesa. Incluso tradujo su nombre al katakana, alfabeto japonés que permite por medio de la fonética deletrear palabras en idiomas extranjeros.
Pero cuando el sistema en internet de su banco fue actualizado, la posibilidad de utilizar katakana fue eliminada.
Creo que la situación está mejorando, en parte porque hay mayor conciencia de estas situaciones dentro de la comunidad
Evidentemente, este cambio no representaba problema alguno para los usuarios japoneses, pero para Patrick fue un lío mayor por cuanto temporalmente no pudo utilizar los servicios on line de su banco.
"Pasado un tiempo tuvieron que enviar una comunicación desde la sucursal donde soy cliente al departamento de tecnología del banco, para que alguien editara manualmente mis datos en el sistema. Eso fue lo único que me permitió utilizar nuevamente el servicio en internet", relata.
¿Solución a la vista?
Mckenzie indica que los sistemas de computaciones de hoy son más globales, por lo que se han producido serias discusiones entre programadores sobre el tema de los casos extremos y cómo solucionarlos.
En el Consorcio WWW (World Wide Web Consortium), organismo internacional que genera recomendaciones y orientaciones para el crecimiento de internet a largo plazo, se han dedicado debates sobre este problema.
"Creo que la situación está mejorando, en parte porque hay mayor conciencia de estas situaciones dentro de la comunidad", comenta.
No obstante, para personas como Null lo más probable es el viacrucis continúe por un largo tiempo.
Algunos han propuesto que las personas simplemente se cambien su nombre para evitar todos estos contratiempos y ahorrar tiempo y frustraciones.
Null no es de las que se inclinan por esta solución.
Cuando decidió cambiar su apellido lo hizo por una razón fundamental: se iba a casar.
"Es realmente frustrante cada vez que ocurre", pero admite que "de alguna forma ya lo acepté. Estoy acostumbrada".