La joven peruana que impulsa un boom de mujeres en el sector tecnológico de América Latina
Cuando la peruana Mariana Costa se encontró mano a mano con Barack Obama en la antesala de una cumbre reciente sobre espíritu emprendedor, tuvo que corregir al presidente de Estados Unidos.
Obama llegó al encuentro con datos preparados por sus asesores que decían que en Laboratoria, la empresa social de la que Costa es cofundadora, la tasa de empleabilidad de las mujeres egresadas era cercana a 60%.
Pero ese porcentaje no ha parado de crecer desde que Laboratoria comenzó en 2014 a formar jóvenes programadoras en América Latina, para romper con la predominancia masculina en el sector tecnológico.
Y la cifra que le pasaron a Obama ya estaba vieja: había subido a 70%. "Entonces le dije eso y como que se rió: qué bueno que lo corrija para darle los datos más actualizados", relata Costa a BBC Mundo.
Aquella cumbre ocurrió en junio, en Stanford, California, y si Costa se encontrara hoy con Obama probablemente tendría que volver a corregirlo: la tasa de inserción laboral de las egresadas de Laboratoria llega ahora a 77%, asegura.
Costa es una de las nueve latinoamericanas que ganaron un lugar en la lista de 100 mujeres del 2016 de la BBC.
Su empresa ha sido destacada también por el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, se expande por Latinoamérica y recibe financiamiento de gigantes como Google o Microsoft, que la ven como un lugar interesante para captar mano de obra.
"Nuestra visión es ser la principal fuente de talento femenino-tecnológico de América Latina para el mundo", define Costa, que tiene 30 años y es madre.
Una idea
La idea de Laboratoria surgió después que Costa y su esposo, el ecuatoriano Herman Marin, crearan una empresa de desarrollo web en Perú y descubrieran la realidad del mundo digital en la región.
Vieron que había dificultades para encontrar mano de obra: en Latinoamérica podría haber una demanda insatisfecha de casi 450.000 profesionales de tecnología de la información hacia 2019, según un estudio de la firma International Data Corporation.
También notaron que la gran mayoría de los trabajadores disponibles eran hombres y que su formación era muy diversa, incluyendo varios sin título universitario o autodidactas.
A diferencia de su esposo, ingeniero de sistemas, Costa tampoco había estudiado tecnología sino relaciones internacionales en la London School of Economics y administración pública en la Universidad de Columbia, para luego trabajar en proyectos de desarrollo social.
Así concluyó que había una oportunidad para lanzar un emprendimiento social en el sector tecnológico, que llamaron Laboratoria y que hoy tiene centros en Perú, Chile y México.
"Tratamos de enfocarnos en mujeres que por una limitación económica no han podido tener mejores oportunidades (y) porque hay un pool de talento muy grande perdido", explica.
Y hasta ahora suman 400 jóvenes graduadas.
"Imagínate"
Laboratoria plantea algunos requisitos a las postulantes, además de que sean mujeres, como tener entre 18 y 35 años y no haber podido acceder a una educación superior de calidad.
El proceso de selección incluye una semana entera de programa, donde pueden verse las postulantes en acción, para identificar quién puede tener mayor éxito.
"Medimos el potencial de aprendizaje, lógica, razonamiento. Tiene otra parte donde medimos habilidades blandas", dice Costa. también buscan establecer el grado de perseverancia y compromiso de las postulantes.
Al final, una de cada cinco entran al programa, que dura dos años incluyendo seis meses intensivos al inicio, en que las estudiantes pagan un monto simbólico de unos US$15 al mes.
Luego, a medida que comienzan a insertarse en el mercado laboral, pagan una colegiatura para seguir estudiando en Laboratoria durante un año y medio.
Costa cuenta que hay egresadas como Arabela Rojas, que nació en el sur de Perú, se mudó a Lima y nunca había podido concluir estudios superiores por problemas económicos: tuvo que salir a trabajar "en lo que podía", desde un comercio, hasta un call center, pasando por una imprenta.
Pero luego de pasar por Laboratoria consiguió trabajo en desarrollo de software para universidades y empresas importantes de Perú, y ahora está en Washington, contratada como consultora por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
"Imagínate, de nunca haber salido de Perú a vivir en Estados Unidos", reflexiona. "Y le está yendo súper bien".
Laboratoria se financia además cobrando a empresas que contratan mano de obra formada en la empresa, así como con donaciones y subvenciones del BID o de grandes compañías como Lenovo, AT&T o Telefónica, además de Google y Microsoft.
"Nuestro modelo de negocio interno todavía está en proceso de fortalecerse", señala Costa y comenta que buscan volverse auto-sostenibles.
Entre los planes a corto plazo está la apertura de un quinto centro de Laboratoria, en Guadalajara, y llegar a un cuarto país, que probablemente sea Colombia.
"Queremos seguir creciendo", asegura. "Es increíble sentir que algunas de las personas más importantes del mundo le ponen atención a lo que estamos haciendo".