¿Es este el nuevo material para la próxima generación de discos duros?
Con el avance de la tecnología y la continua generación de más y más datos, el gran desafío es encontrar sistemas de gran capacidad para almacenar esos datos.
En otras palabras, discos duros de mayor densidad, rapidez y eficiencia.
El problema es que esas características requieren de materiales cuyas propiedades magnéticas puedan ser fácil y rápidamente manipuladas para almacenar y tener acceso a los datos.
Ferromagnético y fotovoltaico
Ahora, científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza, (EPFL) han desarrollado un nuevo material a base de perovskita (un mineral relativamente raro encontrado en la corteza terrestre) al que se le puede cambiar su orden magnético rápidamente sin recalentarlo.
Eso significa el potencial para desarrollar discos duros que pueden, de manera fiable y eficiente, manejar grandes volúmenes de datos.
La perovskita fotovoltaica, que gradualmente se está convirtiendo en una alternativa más económica a los actuales sistemas de silicio, ha llamado mucho la atención de científicos especializados.
Pero esta síntesis del material ferromagnético y fotovoltaico, desarrollado en el laboratorio de Laszló Forró en el EPFL, presenta propiedades únicas que lo colocan al frente de la lista de materiales para la nueva generación de sistemas de almacenamiento digital.
La manera en que se almacenan los datos en un disco duro es cambiando el magnetismo de su estructura.
Ese magnetismo se genera con la interacción de los electrones, que se encuentran y se mueven en el material; de cierta manera, es el resultado de la competencia entre los diferentes movimientos de los electrones.
Pero el resultado es que el estado magnético queda estampado en el material y no puede revertirse sin cambiar la estructura de los electrones en química o estructura de cristal del material.
Combinación de propiedades
En el EPFL encontraron cómo modificar fácilmente las propiedades magnéticas con el nuevo material que descubrieron; esencialmente el primer fotoconductor magnético.
Es una nueva estructura de cristal que combina las ventajas de tanto los ferromagnetos, cuyos movimientos magnéticos están alineados y en orden bien definido, y los fotoconductores, que al ser iluminados generan una libre conductividad de electrones de alta densidad.
La combinación de las dos propiedades produce un nuevo fenómeno que describen como "derretimiento" de la magnetización con fotoelectrones; que son los electrones que son emitidos por un material cuando son estimulados por luz.
Y con el nuevo material de perovskita no se necesita mucha luz. Una simple emisión de un LED (como la lucecita del control remoto de la TV) es suficiente para perturbar o "derretir" el orden magnético del material y generar una gran densidad de electrones en movimiento.
A su vez, este movimiento de electrones se puede afinar continuamente, cambiando la intensidad de la luz.
Otra característica es que el cambio de magnetismo en este material sucede a velocidades infinitamente más rápidas, un cuatrillonésimo de segundo.
Según el doctor Bálint Náfrádi, director del proyecto, sus propiedades combinarían: las ventajas de almacenamiento magnético, estabilidad a largo plazo, alta densidad de datos, operación no volátil y habilidad de reescritura con la velocidad de un sistema óptico.
Aunque todavía en estado experimental, el nuevo material servirá como la base para el desarrollo de la nueva generación de dispositivos de almacenamiento digital "mangeto-ópticos", concluyó Náfrádi.