Un consorcio del que forma parte el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado Hearten, un proyecto financiado por la Comisión Europea, que consiste en crear aplicaciones para móviles que faciliten el cumplimiento de los tratamientos médicos relacionados con alguna patología.
Las aplicaciones arrojarían datos y mostrarían el estado de sus constantes vitales.
Además, los médicos podrán realizar un seguimiento de la enfermedad a través de la aplicación, permitiéndole a los profesionales enviarles avisos o coordinar distintas terapias con sus pacientes.
"Nuestro instituto tiene como misión desarrollar un biosensor para la medición del aliento, que estará integrado en el teléfono, y otro para la saliva, que se prevé incluir en una taza. Para detectar moléculas biomarcadoras, los microchips de silicio que fabriquemos serán modificados por uno de nuestros socios en este consorcio", explica Joan Bausells, investigador del CSIC.
El sistema prevé contar con sensores que controlen el ritmo cardiaco, la presión arterial y la actividad física del paciente.
Todos los datos recopilados serán almacenados en esta aplicación para después crear alertas, guías y otras utilidades relacionadas con el seguimiento de la enfermedad de los pacientes.
El proyecto, que se puso en marcha en enero de este año cuenta con una financiación de 4,5 millones de euros y está previsto que tenga una duración de tres años.
La insuficiencia cardiaca es una enfermedad que afecta a un 16% de los mayores de 65 años, unos 26 millones de personas en todo el mundo. En muchos casos, la calidad de vida de los enfermos crónicos depende del cumplimiento de los tratamientos prescritos.
