Por primera vez científicos de todo el mundo pudieron observar tanto las ondas gravitacionales como luz provenientes de la misma fuente, gracias a un trabajo de colaboración entre telescopios del European Southern Observatory (ESO) ubicados en Chile y otros internacionales.
Las observaciones fueron calificadas como históricas, ya que sugieren que la fuente de emisión es el resultado de una fusión de dos estrellas de neutrones, cuyas secuelas dispersan en el universo elementos pesados como el oro y el platino. Este tipo de fusión, llamado kilonova, fue predicho hace años, pero no se había tenido registro de ello hasta ahora.
"Hay ocasiones excepcionales en las que, quienes nos dedicamos a la ciencia, tenemos la oportunidad de presenciar el principio de una nueva era", señaló Elena Pian, astrónoma del INAF (Italia) y autora principal de uno de los artículos publicados sobre el tema en la revista Nature. "¡Esta es una de ellas!", agregó.
Las ondas gravitacionales son perturbaciones del espacio - tiempo, creadas por masas en movimiento. Actualmente sólo pueden detectarse las más intensas generadas por los rápidos cambios de velocidad de objetos muy masivos.
"Nunca había visto nada igual. Nuestros datos, junto con los de otros grupos, demostraron a todos que esto no era una supernova o una estrella variable de primer plano, sino algo mucho más extraordinario", dijo Stephen Smartt, quien dirigió las observaciones con el NTT de ESO.