La ciencia se encuentra a solo unos pasos de dar un gran salto en cuanto a la tecnología espacial y a la forma de ver el mundo.
Se trata de Asgardia, el proyecto que promete convertirse en la primera nación espacial y que pretende actuar como un "escudo protector" contra las amenazas cósmicas. Además, busca proyectarse como el "prototipo de una sociedad libre y no restringida que tendrá como base el conocimiento, la inteligencia y la ciencia".
La idea es de un grupo de expertos de todo el mundo liderados por el científico ruso Dr. Igor Ashurbeyli y fue presentada en una conferencia de prensa en París, donde destacaron que para que todo esto se haga realidad, el objetivo inicial de la iniciativa es constituirse como una nación.
Para ello ofrecieron la ciudadanía asgardiana -a través de su página web- a 100.000 personas, las necesarias para ser reconocidos por las Naciones Unidas. A solo tres días de abrir la convocatoria, los inscritos ya sobrepasan los 175 mil.
“Asgardia es una nación de pleno derecho e independiente, y un miembro de futuro de las Naciones Unidas, con todos los atributos que este estatus conlleva”, afirmó el científico.
Además el proyecto ha iniciado un concurso en el mismo sitio web, para que la gente envíe ideas para el himno nacional del nuevo país y también diseños de banderas e insignias.
Otros de los planes más cercanos que contempla el proyecto Asgardia, según lo afirmado por Ashurbeyli, es el lanzamiento de un satélite el próximo año que representará a sus ciudadanos y será parte del programa de protección contra la basura espacial, eyecciones de masa coronal e impacto de asteroides.
Asgardia también pretende crear un marco legal para la explotación del espacio con independencia de las naciones terrestres. El fin es ampliar el acceso a las tecnologías espaciales y fomentar la innovación sin restricciones, agregó el científico.
Por su parte, Ram Jakhu, el director del Instituto de Derecho aéreo y Espacial de la Universidad McGill, Montreal, Canadá explicó:
“Un régimen jurídico espacial global adecuado y único es indispensable para gobernar el espacio exterior, con el fin de garantizar que se explore de manera sostenible y con fines exclusivamente pacíficos, todo en beneficio de la humanidad, incluidas las generaciones futuras que vivan en la Tierra y el espacio exterior”.