AFP
Lucy, la más célebre de los ancestros de la humanidad, de hace 3,18 millones de años, pasaba al menos un tercio de su tiempo sobre los árboles, donde habitaban, según un estudio develado el miércoles.
Desde el descubrimiento de osamentas fosilizadas de este australopitecus bípedo en Etiopía en 1974, los paleontólogos debaten sobre si este homínido de 1,10 m de altura, que pesaba 29 kg, marchaba a menudo sobre el suelo pero también se trepaba a los árboles.
Un nuevo análisis detallado de los restos bien preservados del esqueleto con un escáner capaz de penetrar las capas de minerales y de producir imágenes de alta definición, revela que los miembros superiores de Lucy estaban muy desarrollados, como los de los chimpancés, los mejores a la hora de trepar a los árboles.
Pero pasar tanto tiempo sobre las ramas también ha resultado fatal para Lucy: otro estudio reciente, basado en el análisis de una fractura ósea, permitió, en efecto, a los científicos concluir que aparentemente murió tras caer de un árbol.
El último estudio, publicado en la revista estadounidense Plos One, indica que Lucy debió utilizar sobre todo sus brazos para subirse a los árboles, pues la morfología de sus pies estaba mejor adaptada a una locomoción bípeda que para aferrarse a unas ramas, explican estos investigadores de las universidades Johns Hopkins de Baltimore (Maryland) y la de Texas en Austin.
Esos trabajos confirman los indicios de que Lucy debía psar la noche en los árboles para escapar a los predadores al tiempo que señalan la dificultad para determinar con precisión cómo era su vida arborícola.
Suponiendo que dormía alrededor de ocho horas al día, debería pasar al menos un tercio de su tiempo sobre los árboles, o más si también buscaba alimentos.
A partir de 35.000 imágenes producidas por el escáner, los investigadores pudieron estudiar las estructuras internas del hueso superior de ambos brazos, el húmero, así como el fémur de la pierna izquierda.