Semana Santa: La principal teoría de cómo nació la historia del conejo de Pascua
Comienza la Semana Santa y además de las tradiciones católicas por la resurrección de Jesús, hay otra costumbre que destaca y que tiene mayor interés por los pequeños: los huevitos de chocolates entregados por el Conejo de Pascua.
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Aunque se trata ya de un hábito para estas fechas, no es demasiado conocido el por qué se entregan huevos de chocolate entre los seres queridos durante esta celebración (ni tampoco hay una respuesta completamente aceptada). Lo cierto es que ya está mezclado con la celebración de la resurrección de Jesús por parte del cristianismo, junto con la Navidad, el evento más importante de esta religión.
Por lo mismo, a continuación te indicamos lo que se sabe de cómo los huevitos de chocolate se entrelazaron con esta festividad cristiana y la principal teoría que la relaciona con la entrega de huevos y con la figura del Conejo de Pascua.
Huevitos de chocolate y Conejo de Pascua: Origen pagano
Si bien hay varias teorías, lo que sí está mayormente aceptado es que la tradición de los huevitos de chocolate tiene su origen en los paganos, que es como se les denominaba a las personas no cristianas ni que profesaban ninguna de las grandes religiones monoteístas.
Ahora, entre todas las explicaciones posibles hay una que destacar en particular y la relaciona con la actual Alemania.
El medio alemán The Local publicó un artículo donde sostiene que el famoso Conejo de Pascua proviene de la tradición Osterhase, que se traduce literalmente como liebre de Pascua.
Manfred Gräfe, de la Fundación Museo Municipal de Berlín, explicó que el conejo es relacionado históricamente con temas como resurrección y la vida eterna, ya que se decía que nacían con los “ojos abiertos”: “La gente solía pensar que dormía con los ojos abiertos y que estaba 'siempre despierto' desde el nacimiento… por eso se convirtieron en un símbolo de la vida eterna, al igual que el huevo”, sostuvo.
Además, antiguamente también se decía que el conejo era el compañero de la diosa germánica Ostara, a quien algunos algunos le atribuyen que lleva el nombre alemán para la palabra que se usa para Pascua, Osterno. Sin embargo, para Gräfe esta hipótesis aún es muy discutida y se decanta por otra teoría que relaciona al conejo con el huevo directamente con la agricultura de la Edad Media.
Según explicó, en el Medioevo, el Jueves Santo ocurría al final del año comercial, por lo que era la fecha en que los agricultores debían pagar sus respectivas cuotas a sus terratenientes. Estos pagos se realizaban muchas veces con huevos cocidos, porque debido al ayuno de Cuaresma, contaba con un excedente de estos.
Debido a esto, se habría creado la conexión conejo-huevo, ya que ante la pregunta de los niños a sus padres del por qué tienen tantos huevos, estos les habían dicho que el Conejo de la Pascua los traía. Si bien también se nombraron a otros animales como quienes traían a los huevos, ya con el fin de la Segunda Guerra Mundial se popularizó que el conejo era el responsable.
¿Y por qué huevos de colores? Esta relación también podría tener un origen alemán. Esto porque el huevo decorado más antiguo fue encontrado en un sarcófago romano-germánico en la ciudad alemana de Worms en el siglo IV d.C.