Posponer la alarma al despertar en la mañana podría ser dañino para la salud. Así lo plantea un estudio en Estados Unidos que se ha viralizado a través de TikTok y lo confirma un especialista que conversó este jueves con T13 AM.
Y es que no son pocas las personas que colocan por lo general más de tres alarmas y recién se despiertan o se levantan cuando suena la última.
Gabriel Abudinén, neurólogo y especialista en trastornos del sueño de la Clínica Somno, explicó esta mañana en T13 AM que “el dormir no solamente depende de nosotros, sino que también de nuestro ambiente. Y es muy importante de que nuestro cerebro, es un niño de cinco años y no tiene mucha idea cuándo hay que dormir y cuándo hay que despertarse, y frente a eso nosotros tenemos que inculcarle frente a movimientos ambientales cuándo tenemos que acostarnos y cuándo no”.
“Por ejemplo, uno de ellos es la postura corporal. Si yo estoy de pie, mi cerebro piensa que tengo que estar en vigilia, y si yo estoy acostado mi cerebro piensa que yo tengo que estar durmiendo”, continuó.
Frente a eso, el especialista se preguntó qué pasa si yo estoy despierto dándome vueltas en la cama. “Le estoy diciendo una información errónea a mi cerebro que hay que estar despierto cuando hay que estar en la cama. Entonces ahí viene el problema de estar con un sueño superficial, sobre todo al inicio y al despertar”, afirmó.
“Entonces lo que se sugiere y lo que se aconseja, es que cuando tengamos una alarma, levantarnos altiro y no posponerla”, advirtió.
Posponer la alarma: ¿Cómo nos afecta en el día a día?
Junto con destacar que una buena técnica es dejar el celular lejos de la cama, no en el velador o más cerca de uno, pues eso nos obliga a levantarnos para apagarla, en caso de programar la alarma en el teléfono.
“De noche, cuando quieras intentar dormir con televisión o con celular, no lo recomiendo para nada. Pero sí por ejemplo al principio, cuando nos cuesta levantarnos, sobre todo con frío, nos podemos quedar igual unos dos, tres minutitos en la cama viendo redes sociales mientras nos incorporamos. Pero posponer la alarma más de diez, quince minutos, no es muy aconsejable”, señaló.
“No hay que volver a dormir, no hay que volver a espaciar las alarmas, sino que cuando suene una alarma tienes que levantarte altiro”, enfatizó, esto porque “el dormitar también es un poquito de sueño, somnolencia, y eso también nos afecta en la arquitectura del sueño”.
Sobre cómo esto nos puede afectar en el día a día, el neurólogo Gabriel Abudinén expuso que “cuando nosotros tenemos una arquitectura del sueño alterada, producto de por ejemplo no nos levantamos con la primera alarma o vemos mucha tele en la noche, claramente nuestro sueño no va a ser reparador. Y el sueño no reparador influye en las cosas cotidianas que nosotros hacemos de día. Por ejemplo, si nosotros queremos hacer un acto ejecutivo, hacer alguna planificación o realizar alguna acción, esa acción en vez de hacerla en cinco, diez, quince minutos, con un sueño reparador, con este problema que tenemos vamos a estar demorándonos media hora, 45 minutos, y quizás no con la suficiente atención para poderlo hacer adecuadamente”.
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Pero esos no son los únicos inconvenientes. También se pueden experimentar “problemas de irritabilidad, de fatiga, de somnolencia diurna, entonces todas esas cosas van a hacer que nuestras acciones en el día no las hagamos de forma correcta, nos cueste mucho poder llevar ese día con nosotros, entonces frente a eso entre mejor nosotros ordenamos nuestro sueño en la noche, mejor nuestro día va a ser”.
“Hay una frase muy buena que nosotros tenemos en la clínica: 'Los buenos días, dependen de las buenas noches'”, concluyó.