Chile es uno de los países con mayor tasa de obesidad infantil en Latinoamérica, de hecho, un estudio realizado por Naciones Unidas, revela que casi el 10% de los menores de cinco años, tiene obesidad.
Pese a que se trata de un fenómeno multifactorial, en 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) atribuyó como una de las causas del fenómeno el excesivo consumo de azúcar, por lo que hizo un llamado a reducir la ingesta de azúcar a menos del 10% de la calidad de calorías consumidas diariamente.
En el caso de los niños, es difícil que controlen su nivel de consumo de azúcar, por lo que dicha responsabilidad recae en sus padres o adultos responsables.
Sin embargo, un estudio del International Journal of Obesity, reveló que las personas no son capaces de calcular cuanta azúcar traen los alimentos.
En el estudio participaron más de 300 familias alemanas, en donde hubiese un niño entre 6 y 12 años. A todos los niños se les midió el índice de masa corporal (IMC) y se preguntó quien era el adulto encargado de proveer alimentación a la familia, la cual generalmente era la madre.
A los padres se le pidió calcular, en cubos de azúcar, cuánta azúcar hay en diversas bebidas y alimentos, tales como jugo de naranja, yogur, pizza o ketchup.
El estudio arrojó que casi el 75% de los adultos subestimó la cantidad de azúcar en los alimentos y en algunos casos, de forma bastante holgada, generalmente con los alimentos que son considerados "saludables".
Por ejemplo, más del 90% erró por siete cubos de azúcar o casi 60% del total, la cantidad disponible en una porción de yogur.
El estudio destaca además que hay una correlación entre los padres que más erraron en el cálculo de azúcar, con los niños que tenían los IMC más altos del estudio.