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Ropa de lujo y harina: las cosas que los sicilianos hacen con sus naranjas después de exprimirlas

Ropa de lujo y harina: las cosas que los sicilianos hacen con sus naranjas después de exprimirlas
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Algunos empresarios e investigadores de la isla italiana han encontrado una innovadora gama de usos sostenibles para su cítrico más famoso.

La expresión "sacarle el jugo a algo" ha tomado un nuevo significado en Sicilia, donde se han encontrado múltiples e innovadores usos para las cáscaras y semillas de su fruta cítrica más famosa: la naranja.

Desde la confección de moda hasta la producción de energía, las iniciativas económicas abarcan una gama de productos más verdes y saludables.

En 2011, una estudiante de diseño en Milán, tuvo la idea de hacer textiles de una manera más sostenible con lo era un producto naturalmente abundante pero desperdiciado en su ciudad natal de Catania, en Sicilia,

Fue así como Adriana Santonocito se puso a la tarea de buscar maneras de sacarle provecho a centenares de miles de toneladas de cáscaras de naranja.

Ahora, gracias a su creatividad, es posible confeccionar ropa con la fibra natural de esa fruta.

Proceso químico

El concepto de Santonocito estuvo inspirado en una pregunta que abordó en su tesis universitaria.

¿Se podría confeccionar una lujosa bufanda de seda con los desechos de cítricos que, de otra manera, estarían destinados al basurero o la alimentación bovina?

La pregunta era particularmente relevante a Sicilia, donde miles de toneladas de frutas cítricas se exprimen para jugo todos los años, creando montañas de desperdicio.

La diseñadora de 39 años encontró la respuesta en los laboratorios de la universidad y obtuvo una patente.

Ya se sabía que celulosa podía ser extraída de las cáscaras de naranja.

Lo que Santonocito descubrió fue que, al usar químicos reactivos, se podía convertir en hilo que luego podía teñirse y combinarse con otros textiles como algodón o poliéster.

En colaboración con una colega de universidad, Enrica Arena, fundó Orange Fiber, en 2014, con miras a vender un material parecido a seda a fabricantes de ropa.

Este año, la famosa marca italiana Salvatore Ferragamoincorporó la fibra en su colección de primavera-verano. El objetivo era confeccionar camisas, vestidos y bufandas de alta calidad pero más sostenibles.

Orange Fiber -que ahora cuenta con un equipo de 12 personas- tiene sus operaciones dentro de una planta procesadora de jugos, de donde obtiene los desechos gratis.

La empresa es parcialmente estacional, trabajando durante los meses del año en que la planta de jugos está en operación.

Pero, una vez la cáscara de naranja ha sido transformada en celulosa, se puede almacenar para usos posteriores.

Antonio Perdichizzi, uno de los primeros inversionistas en Orange Fiber, dice que la empresa lo impresionó porque, contrario a la mayoría de los nuevos negocios en Italia, no es digital.

"Italia no invierte mucho en innovación pero las ideas y habilidades brillantes salen adelante a pesar de la falta de recursos", añade.

Rosario Faraci, profesora de empresas, economía y administración de la Universidad de Catania, señala que este es un ejemplo de cómo "el espíritu creativo y empresarial" está generando trabajos y negocios en la región.

Fibra vs grasa

Las naranjas también podrían servir para hacer los alimentos horneados más saludables y mantener su frescura más tiempo gracias a un nuevo proceso que las transforma en una nueva harina sin grasa.

La innovadora técnica está siendo probada en la Universidad de Catania y los resultados son alentadores.

En la actualidad, la mayoría de los pasteleros y panaderos usan grasa, como mantequilla o margarina, es sus recetas.

Pero, según esta investigación, la mitad de esa grasa podría ser reemplazada por la harina obtenida de las cáscaras, semillas y parte de la pulpa de naranjas que no se usa en hacer jugo.

Igual que Orange Fibre, los investigadores obtienen su materia prima de los productores de jugos locales.

Las cáscaras se lavan para librarlas de su sabor amargo, luego se seca, se procesa y se blanquea lo que queda.

Salvatore Barbagallo, un profesor de agricultura en la Universidad de Catania, afirma que la harina es "perfectamente sostenible" y no cuesta nada producirla.

Además, "no tiene impacto" alguno en el sabor o fragancia de la comida que la contiene.

Los investigadores produjeron 300 kilos de harina y lograron que los pasteleros y panaderos en Acireale, cerca de Catania, la probaran.

A pesar de ser conservadores respecto a nuevos ingredientes, todos quedaron satisfechos con los resultados y no podían diferenciar el sabor en sus pasteles y panes.

Los investigadores aseguran haber encontrado otros usos para este tipo de harina.

Como es soluble, puede ser añadida a bebidas para aportar beneficios de salud. Además podría ser de uso para nutricionistas y en el campo de la medicina.

Combustible natural

Los campesinos en Sicilia siempre han utilizado las cáscaras de naranjas como alimento para sus animales o fertilizantes. Pero las naranjas también pueden ser una preciosa fuente de energía.

En Mussomeli, una antigua localidad cerca de Caltanissetta, en el centro de Sicilia, el desecho de naranjas se usa para hacer biogás que, luego, se convierte en electricidad.

La granja Nuova Scala usó unas 16.430 toneladas de cáscaras el año pasado para producir 24.000 kilovatios de electricidad.

La generación de energía depende de la cantidad de naranjas producidas y la empresa espera utilizar 22.000 toneladas de desechos cítricos en 2017.

Naturalmente, todos estos proyectos dependen de las compañías de fruta locales que producen miles de toneladas de derivados cítricos al año.

Salvatore Imbesi, dueño de la productora AgrumiGel, explica que las cáscaras, semillas y otras partes no comestibles de la fruta se llaman "pastazzo", y el produce unas 40.000 toneladas al año.

Añade que Sicilia, en total, produce unas 200.000 toneladas, aunque las cifras extraoficiales apuntan a un número superior.

Los productores tienen incentivos para reutilizar el pastazzo, porque la eliminación de los residuos puede ser costosa.

Imbesi indica que, en Sicilia, el costo de eliminación de desechos puede ascender a 16 millones de euros cada año, "seis por el costo de trasporte y 10 por la propia eliminación".

Parte de la fruta siciliana, incluyendo sus famosas naranjas de sangre, se vende fresca. El resto se convierte en jugos.

In 2016, se exprimieron unas 140.000 toneladas de limones, 100.000 toneladas de naranjas amarillas, 100.000 toneladas de naranjas de sangre, 20.000 toneladas de mandarinas verdes y 20.000 toneladas de mandarinas maduras.

Gracias a la nueva generación de soluciones innovadoras, las frutas exprimidas están pasando de ser una basura costosa a una serie de productos emocionantes.

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