Quién es el "Frankenstein Chino" que abrió la puerta a la modificación genética en humanos
La semana pasada, el científico chino He Jiankui hizo un anuncio que provocó un terremoto en el mundo de la ciencia: dijo haber alterado los genes de dos gemelas. El doctor He aseguró haber borrado el gen CCR5, puerta de entrada al VIH, para evitar que los bebés contrajeran el sida que porta su padre.
Según anunció el científico en unos vídeos subidos a Youtube, las dos bebés chinas nacieron hace varias semanas tan sanas como cualquier otro niño. A pesar de sus palabras, solo consiguió cambiar el gen que impide el contagio del VIH en una de ellas.
He hizo la revelación sin entregar pruebas, pero de ser cierta, esta primera manipulación del genoma humano abre una puerta a un lugar que hasta ahora nadie se había atrevido a cruzar, con tantas esperanzas como peligros.
Después de su anuncio, He cayó en desgracia en su país y en el resto del mundo, pues no respetó las normas de la comunidad internacional en cuanto a modificación genética.
Además, para lograr sacar adelante el experimento, Jiankui eludió los controles de la universidad y del hospital donde trabajaba, que lo acusa de haber falsificado los permisos.
[LEE TAMBIÉN] El desconocido paradero del científico chino que "creó" bebés editados genéticamente
Poco después de la revelación, no se supo más de He Jiankui, el científico desapareció del ojo público en China. Ni el gobierno de ese país ni la Universidad del Sur de Ciencia y Tecnología de la provincia de Shenzhen, donde He trabajaba, han dado explicaciones sobre su paradero.
Millonario aporte del gobierno chino
Antes de su polémica afirmación, He Jiankui era una estrella en ascenso. No solo era el hombre detrás de un secuenciador del genoma capaz de sacudir la industria, también recibió millones en subvenciones de las autoridades chinas.
He defendió sus acciones en una conferencia internacional en Hong Kong hace algunos días y lo hizo con orgullo. El mismo que mostró hace un año, cuando el científico y emprendedor creó una solución más rápida y barata para la secuenciación del genóma clínico.
"Algunas personas dijeron que remecimos la industria global de secuenciación de genes. Están en lo cierto. Fui yo. He Jiankui. Yo lo hice ", dijo con gran emoción en una entrevista con CCTV en 2017 después de que lanzó su invento.
Las autoridades parecían compartir su entusiasmo. Según una investigación del South China Morning Post, registros públicos muestran que desde 2015, Jiankui recibió 41.5 millones de yuanes -poco más de 4 mil millones de pesos chilenos- en fondos del gobierno para su investigación sobre la secuenciación del genoma, una tecnología necesaria para la investigación de edición de genes.
La mayor parte del financiamiento -40 millones de yuanes- se le entregó en 2016, cuando el equipo de investigación de He fue seleccionado como parte del Plan Peacock del gobierno de Shenzhen, que ofrece apoyo a talentos y equipos de innovación de primer nivel en el extranjero.
En 2015 se le otorgó una beca de investigación oficial de Shenzhen de 1,5 millones de yuanes.
Un "genio loco" en busca de la fama
Buscando probablemente la gloria, el doctor He pretendía pasar a la Historia como el primer científico que modificaba el ADN humano y no solo ha sido repudiado por todo el mundo, sino que puede ser castigado legalmente, porque estos experimentos están prohibidos en China desde 2003.
Un precio muy alto para la fama que ansiaba desde joven, cuando destacaba como una de las mentes más brillantes de su generación.
Según información publicada por el South China Morning Post, He Jiankui nació en una familia campesina de Hunan, una de las provincias más pobres de China. A a pesar de sus humildes orígenes, estudió en el mejor colegio de su condado y pudo ir la universidad.
Licenciado en Física, recibió una beca para seguir formándose en Estados Unidos, donde llegó con el sueño de convertirse en el "Einstein chino", pero luego cambió de rumbo y pasó a estudiar biofísica en la Universidad de Rice, en Houston, donde trabajó por primera vez con la tecnología CRISPR-Cas9, que desde 2016 permite cortar y pegar literalmente los genes
Después llegó a la prestigiosa Universidad de Stanford, donde fue discípulo de Stephen Quake, profesor de bioingeniería y física aplicada especializado en secuenciar el ADN, pero no en editarlo.
En 2012, y gracias al plan del Gobierno chino para recuperar a sus talentos nacionales en el extranjero, volvió a Shenzhen, ciudad fronteriza con Hong Kong y cuna del desarrollo económico. Allí entró a trabajar como profesor asociado en la Universidad del Sur de Ciencia y Tecnología y montó dos empresas dedicadas a la genética.
Cuatro años después, le dijo a los medios de comunicación que planeaba integrar una de sus compañías en la bolsa de Hong Kong o en Nasdaq, con lo que adquirió un capital de riesgo de 100 millones de yuanes.
En 2017 la compañía alcanzó un valor de 150 millones de yuanes y en abril de este año, la firma recibió 218 millones de yuanes en una ronda de financiamiento.
Según los expertos, todavía no es seguro modificar el ADN porque se corre el riesgo de que haya mutaciones. Y ahora es cuando hay que decidir los límites: si hacerlo solo para curar enfermedades o para hacer mejoras sustanciales o superfluas.