El fotógrafo de moda Terry Richardson, conocido por sus fotos provocadoras y acusado desde hace años de acosar sexualmente a sus modelos, ya no podrá trabajar para grandes revistas como Vogue o Vanity Fair, en un nuevo capítulo del escándalo que hizo caer al productor Harvey Weinstein.
El cotidiano británico The Telegraph informó que el vicepresidente del grupo Condé Nast International, propietario de esas prestigiosas revistas de moda, había escrito a los presidentes del grupo en los países donde trabaja para solicitarles que ya no contraten a Richardson.
"Toda sesión de fotos programada o terminada pero que no haya sido publicada deberá ser suprimida y remplazada con otros contenidos", escribió el vicepresidente James Woolhouse en un correo electrónico citado por el periódico, cuyo contenido fue confirmado a la AFP por Condé Nast International.
Condé Nast Estados Unidos señaló además que "el acoso sexual bajo todas sus formas no será tolerado".
Una representante de Terry Richardson en Nueva York afirmó que el fotógrafo estaba "decepcionado por la existencia de ese mensaje electrónico, principalmente porque él ya respondió a esas viejas historias".
Richardson es "un artista conocido por su trabajo sexualmente explícito, por lo que la interacción profesional con sus modelos son en consecuencia sexualmente explícitas por naturaleza, pero todos participaron de manera consensuada", dijo a la AFP esta representante.
Neoyorquino de 52 años, Richardson trabaja desde hace más de 20 años como fotógrafo de moda y es autor de campañas publicitarias para grandes creadores como Yves Saint Laurent, Marc Jacobs o Tom Ford, así como videos, entre ellos el de Miley Cyrus "Wrecking Ball", de contenido ultra-sexual y controvertido.
La decisión de Condé Nast fue anunciada luego de que el Sunday Times británico publicara el domingo un artículo calificando a Richardson como el "Weinstein de la moda", recordando que modelos se quejan desde hace años de su comportamiento.
La semana pasada, la modelo neoyorquina Cameron Russell había invitado a sus colegas a compartir sus experiencias de agresión sexual en su cuenta de Instagram, recogiendo más de un centenar de testimonios, algunos de los cuales -aunque los nombres fueron borrados- reflejarían el comportamiento del fotógrafo.