¿Qué es más esencial y necesario como producto, la carne de cocodrilo o un tampón o toalla sanitaria?
Aunque para muchas mujeres (y hombres) la respuesta puede parecer obvia, quizás les sorprenda saber que para algunos gobiernos no lo es tanto.
En Australia, los tampones y las compresas están tasados con un 10% en el impuesto de valor añadido (IVA, conocido en este país como GST), mientras que otros productos considerados esenciales no pagan este impuesto.
Entre ellos están los preservativos, la crema solar o el lubricante.
En Reino Unido, carnes exóticas como el cocodrilo y el canguro no pagan IVA, mientras que los tampones y las compresas son considerados productos "no esenciales, de lujo" y pagan un 5%.
¿Deberían ser clasificados como productos de primera necesidad?
Subeta Vimalarajah, estudiante universitaria de Sydney, cree que sí.
"La mitad de la población menstrúa y no debería ser penalizada económicamente por ello", afirma esta chica.
Subeta inició una campaña en Internet para pedir al ministro de Finanzas australiano, Joe Hockey, que elimine el conocido como "impuesto del tampón".
Reino Unido
La petición cuestiona por qué se tasa un producto que la mayor parte de las mujeres están obligadas a comprarcada pocas semanas, mientras que el gobierno no lo considera suficientemente "necesario" para librarlo del impuesto.
La iniciativa logró más de 95.000 firmas y llevó a Hockey a afirmar que presionaría a las administraciones para aprobar una exención en este caso.
Sin embargo, el primer ministro Tony Abbot contradijo a su ministro posteriormente.
Abbot afirmó que, aunque entiende por qué mucha gente quiere que se elimine este impuesto, esto no entra en los planes de su gobierno.
El debate no es, ni mucho menos, exclusivo de Australia.
En países como Argentina, los productos de primera necesidad no están eximidos de los impuestos al valor agregado.
"Pero el gobierno matiene una lista de productos con precio reducido que incluye dos marcas de toallas sanitarias, pero no tampones, que no se producen en el país", según informa Verónica Smink, corresponsal de BBC Mundo en el Cono Sur.
En Reino Unido el impuesto sobre estos productos higiénicos era de un 17,5%hasta que, en el año 2000, la parlamentaria laborista Dawn Primarolo logró reducirlo al 5%.
El departamento que se ocupa de los impuestos (HM Revenue and Customs) sigue clasificando estos productos como "no esenciales, de lujo".
Laura Croyton, que inició una campaña en Internet antes de las elecciones en Reino Unido para pedir que compresas y tampones estén exentos de impuestos, critica esta idea.
"Son esenciales porque, sin ellos, las que menstrúan no tendrían forma de mantener una vida pública o privada normal y flexible, y podrían poner en riesgo su salud".
El gobierno británico, sin embargo, le respondió a la BBC que la aplicación de este impuesto depende de "leyes de la Unión Europea".
"Reino Unido aplica una tasa reducida del 5% a los productos sanitarios. Es la tasa más baja posible según la ley europea del IVA", dijo un portavoz.
Pero las tasas varían mucho entre países dentro de la propia UE: en Hungría se aplica un impuesto de un 27%, mientras que en España se aplica un tipo reducido del 10% (pero no el superreducido del 4% para productos de primera necesidad).
¿Sexismo?
Algunas personas, como Vimalarajah, creen que tras el debate hay una cuestión de género.
La situación se explica "o bien porque a los políticos se les hace raro confrontar la realidad de los periodos, o simplemente quieren que nosotras paguemos por ellos, literalmente".
"Sea como sea, es sexista", escribió en su blog.
Pero no todas las mujeres están de acuerdo con ella.
"La idea de que el impuesto es, simplemente, sexista parece muy obvia, pero no lo es en realidad", escribió recientemente la columnista de The Guardian Eleanor Robertson.
"Aceptando que los tampones son una necesidad, no se trata de un razonamiento que se aplique solo a los tampones", dijo Robertson.
"Se aplica a muchos otros productos gravados con IVA: el papel de baño está gravado con IVA, y las mujeres lo usan más que los hombres, ¿no debería entonces estar exento?", se preguntó.
"¿Y qué sucede con los pañales, un producto esencial que es mucho más caro que los tampones y cuyo coste recae solo sobre las familias con niñospequeños? La menstruación es un hecho en la vida, la caca de bebé también".
La columnista Lucy Mangan tampoco está de acuerdo en eliminar el impuesto.
"Retrocedo ante cualquier propuesta de que un impuesto es injusto", escribió Mangan en Stylist.
"Una parte importante de mis impuestos van a mantener las carreteras, subsidiar el combustible, pagar el Sistema Nacional de Salud a los fumadores y la educación de niños que no son míos", afirmó.