Vicki McNelly, una británica de 29 años, nunca sabrá qué habría pasado con su hija Evie si no hubiera usado el aparato casero en el que tanto confiaba para controlar el corazón de su pequeña.
McNelly compró su set de ultrasonido, conocido genéricamente como Doppler, en junio de 2015 para ayudar a su marido a establecer un vínculo con el bebé durante el embarazo.
Lo adquirió por unos US$32 en una tienda de su ciudad, Reading.
Una noche se despertó de repente "con la impresión de que había un problema" y utilizó el aparato para buscar alguna señal de movimiento y escuchar los latidos del corazón de su bebé.
"Como escuché algo, me convencí de que todo debía estar bien, de que todo iría bien", dijo. Pero al día siguiente su hija nació muerta. Un ultrasonido en el hospital confirmó que Evie había muerto en el útero.
"Una falsa confianza"
"Si no tuviera un Doppler en casa solo me habría fiado de mi instinto. Creo que el Doppler me dio una falsa sensación de seguridad", dice McNelly, que ahora participa en una campaña que busca que se prohíba la venta de este tipo de aparatos en Reino Unido.
El uso de Doppler se ha popularizado en muchos países en los últimos años, a medida que su costo se ha abaratado.
Muchas usuarias que comparten opiniones sobre su uso en foros en internet dicen que los Doppler les dan confianza. "Es sensacional. Puedes grabar y escuchar los sonidos del corazón", comenta una. "Estoy de 23 semanas y se escucha increíble el corazoncito de mi bebecito", apunta otra.
Pero muchos expertos desaconsejan su uso en casa.
"Son seguros"
Los fabricantes dicen que los aparatos son seguros y no deberían vincularse a los nacimientos de bebés muertos. De hecho, muchos expertos sanitarios los usan regularmente para monitorear el latido fetal, pero solo tras haber recibido una formación específica.
"Estos aparatos pueden causar una ansiedad enorme en las mujeres embarazadas cuando no pueden escuchar el latido de sus bebés, y eso hace que, como es entendible, se preocupen hasta que puedan ver a un médico o a una matrona", le dijo a la BBC la doctora Alison Wright, presidenta del Colegio Real de Obstetras y Ginecólogos de Reinos Unido.
"Además, potencialmente, algunas mujeres pueden sentir una falsa tranquilidad, ya que escuchar un latido no necesariamente quiere decir que todo vaya bien con el bebé", matizó.
"Los médicos y matronas recibieron una formación específica para usar los monitores de latido fetal, pero las mujeres que usan Dopplers en casa pueden fácilmente confundir su propio latido con el del bebé", explicó Wright.
Campaña de firmas
Con su testimonio McNelly se ha unido a la campaña de la organización británica sin ánimo de lucro Kicks Count, que trabaja para la concientización y el apoyo a las familias que pasan por el nacimiento de un bebé muerto.
Su petición de prohibir la venta de Dopplers en Reino Unido ya ha alcanzado 11.000 firmas.
Su presidenta, Elizabeth Hudson, dice que los aparatos "crean una barrera entre las madres y la búsqueda de ayuda médica".
Según la activista muchas marcas hacen mercadotecnia para una audiencia de mujeres embarazadas, pero en realidad solo deberían ser utilizadas por profesionales con formación, como médicos y matronas.
"Las mujeres están usando los Dopplers y eso les da tranquilidad, pero desafortunadamente eso conlleva a que se pierdan oportunidades de salvar a bebés que están en peligro".
La BBC contactó con varios fabricantes de Doppler, que dijeron que sus aparatos no deberían ser utilizados como una sustitución del cuidado médico profesional.