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Podría haber ketamina en su pollo con etiqueta “natural”

Podría haber ketamina en su pollo con etiqueta “natural”
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El uso del vocablo "natural" en la publicidad es desde hace mucho tiempo una etiqueta indiscriminada para una cantidad de cosas que muchos consideran muy poco naturales.

Bloomberg

Los veterinarios lo usan como anestésico. Los psiquiatras han comenzado a recetarlo para la depresión. Y gracias a la experiencia de estar "fuera del cuerpo" que proporciona a los usuarios, la ketamina, o "K especial" ha sido desde hace mucho tiempo una droga de elección para concurrentes a fiestas electrónicas y discotecas.

Pero de acuerdo con una nueva demanda judicial presentada por grupos de defensa de los consumidores, hay otro lugar donde la droga podría presentarse: en los productos de pollo "100% Natural" de Sanderson Farms.

El uso del vocablo "natural" en la publicidad es desde hace mucho tiempo una etiqueta indiscriminada para una cantidad de cosas que muchos consideran muy poco naturales. En el marco de un programa del Servicio de Seguridad e Inspección de Alimentos (FSIS, por la sigla en inglés) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, miles de muestras de carne y productos avícolas se analizan cada año en busca de residuos de ciertos medicamentos, pesticidas y otros contaminantes. El FSIS puede tomar medidas que comprenden multas y cierres de instalaciones. Múltiples infracciones colocan a la empresa en la lista de los Infractores de Residuos a Repetición. Muchos de esos productos utilizan la palabra natural como parte de sus etiquetas y publicidad.

Ketamina y otras sustancias cuestionables aparecieron en los resultados del análisis del FSIS del pollo Sanderson, según la denuncia presentada el jueves en el tribunal federal de San Francisco por la Asociación de Consumidores Orgánicos, Amigos de la Tierra y el Centro de Seguridad Alimentaria. Los demandantes dijeron que obtuvieron los resultados del análisis a través de la ley de Libertad de Información.

Entre noviembre de 2015 y noviembre de 2016, el FSIS llevó a cabo 69 inspecciones separadas de locales de Sanderson Farms en Georgia, Luisiana, Mississippi, Carolina del Norte y Texas. En el 33 por ciento de las visitas, algunas pruebas de residuos resultaron positivas. Los demandantes contabilizaron 49 casos en los que "las muestras resultaron positivas para residuos que no son ’100% Naturales’", incluidos cinco hallazgos de cloranfenicol, un potente antibiótico que puede causar supresión de médula ósea en seres humanos y no está aprobado para su uso en animales que se convertirán en alimentos.

Tres veces se encontró, según la demanda, ciprofloxacina desetileno, un metabolito de la ciprofloxacina, un antibiótico importante para los seres humanos. (El uso de antibióticos en la agricultura es fuertemente criticado por los defensores de la salud pública, que dicen que está conectado con el aumento de la resistencia a los antibióticos). También se halló butorfanol, un analgésico opioide, y acetato de melengestrol, una hormona sintética no aprobada para su uso en aves de corral. Los análisis también produjeron 82 casos de "residuos no confirmados", incluyendo la ya mencionada Ketamina y algunos pesticidas.

Si bien la demanda contra Sanderson alega que las sustancias fueron detectadas en análisis oficiales, haría falta un análisis adicional para confirmar la presencia de los "residuos no confirmados", según Larry Bohlen, fundador y director de operaciones del Health Research Institute, un instituto independiente sin fines de lucro.

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