Fue probablemente de lo peor que le puede ocurrir a uno en una primera cita.
Le pasó a una joven británica, gimnasta aficionada, durante la velada con Liam Smith, un estudiante de la ciudad inglesa de Bristol, con quien había contactado por medio de la aplicación Tinder.
Tras una agradable velada, decidieron ir a casa de él con una botella de vino a ver un documental, tal como se lo contó el propio Smith a la BBC.
Allí, la mujer decidió ir al baño, donde defecó.
Pero al ver el tamaño de las heces, entró "en pánico". Y como le pareció que al tirar de la cadena no desaparecerían, decidió tirarlas por la ventana.
Fue una mala decisión.
Los excrementos no cayeron al jardín, sino que quedaron atrapados en el hueco de la ventana de doble cristal.
"Es una ventana peculiar. Solo se abre uno de los cristales, pero solo por la parte de arriba. Y queda entre éste y el segundo de los cristales un espacio", explica Smith.
Al ver aquello, la joven decidió contarle lo que le había ocurrido.
"Llegó al salón con terror en los ojos", recuerda el estudiante.
Él pensó en buscar un martillo para quebrar uno de los cristales y sacar de allí el excremento.
Pero ella le dijo que no era necesario, que recuperaría las heces.
Ventana quebrada
Así que trepó a la ventana, con la mala suerte de quedarse atrapada.
Y su cita tuvo que llamar finalmente a los bomberos.
El Servicio de Bomberos y Rescate de Avon, que cubre un área del suroeste de Inglaterra, confirmó lo relatado por Smith.
Aunque la mujer fue rescatada ilesa, Smith explica que para ello le tuvieron que romper la ventana.
"No me quejo. Hicieron lo que tenían que hacer", dice.
Pero para reunir fondos para repararla, ha relatado la anécdota en una página web de crowdfunding o financiamiento colectivo.
"Cambiar la ventana me costará más de 300 libras (US$390), una porción significativa de mi presupuesto mensual como estudiante de posgrado", explica.
Aunque su objetivo con el crowdfunding era reunir 200 libras (más de US$260), ya ha conseguido más de 1.200 libras (más de US$1.560).
Así que cuenta que su cita y él decidieron repartir el dinero restante entre dos organizaciones benéficas, una que apoya a los bomberos y otra que construye baños en países en desarrollo.
No es de sorprender que la mujer no haya querido ser identificada, pero Smith cuenta que siguen viéndose y que "quién sabe" qué les depare "el futuro".
"Es una chica encantadora y nos llevamos muy bien", dice el estudiante.
"Además, tuvimos que hacerle frente a algo muy difícil desde el principio".
Visto el resultado, puede que no fuera, entonces, lo peor que le puede ocurrir a uno en la primera cita.