El pez más grande del océano es un trotamundos, según un novedoso estudio de seguimiento satelital, con individuos marcados que visitaron 17 áreas marinas protegidas en 5 países.
Poco se sabe sobre los hábitos del tiburón ballena (Rhincodon typus) en la región. Al rastrear por satélite el paradero de 30 de ellos, científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), el Centro Anderson Cabot para la Vida Oceánica y la Universidad de Panamá exploraron los factores que influyen en el comportamiento de esta especie en peligro de extinción.
El R. typus, al igual que otros tiburones grandes, puede tardar años o incluso décadas en alcanzar la madurez y reproducirse, lo que los hace vulnerables a la disminución de la población, especialmente cuando se combina con amenazas humanas. Por ejemplo, pueden quedar atrapados en redes de pesca como captura incidental o correr el riesgo de colisiones con embarcaciones cuando las rutas de navegación se superponen con sus sitios de alimentación. Ser capaz de comprender y predecir el comportamiento del tiburón ballena es un paso necesario para proteger a la especie.
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Nadando en aguas sin protección
El monitoreo satelital de esta especie, liderado por el ecólogo marino de STRI, Héctor Guzmán, encontró que los tiburones ballena se alimentan principalmente en aguas costeras, montes submarinos y dorsales del Pacífico panameño, donde pueden encontrar abundancia de sus alimentos favoritos: peces pequeños y plancton. También fueron vistos nadando hacia el norte y el sur a lo largo de la costa, hacia México y Ecuador, y hacia el mar abierto para alimentarse.
Aunque utilizaban áreas marinas protegidas, los tiburones ballena también pasaban tiempo en zonas de pesca industrial y tráfico de embarcaciones, lo que podría ponerlos en peligro según el nuevo artículo publicado en Frontiers in Marine Science.
"El estudio muestra lo complejo que es proteger a los tiburones ballena: individuos marcados visitaron 17 áreas marinas protegidas en 5 países, pero más del 77% de su tiempo estuvieron en áreas sin ningún tipo de protección", dijo Catalina Gómez, coautora del estudio y ecólogo marino de la Universidad de Panamá.
Los remolinos, un comedor oceánico natural
El rastreo satelital también reveló un patrón migratorio del tiburón ballena que parece estar asociado con corrientes oceánicas circulares llamadas remolinos.
"Los remolinos son reconocidos como posibles áreas de alimentación para especies migratorias o epicentros de alimentos en los océanos, por lo que pueden nadar en esas áreas durante mucho tiempo mientras buscan comida y se alimentan", dijo Guzmán.
"Sin embargo, los remolinos son sistemas dinámicos y cambian constantemente en velocidad o fuerza, tamaño y ubicación, incluso estacionalmente. Estas áreas de alimentación son importantes para la conservación, especialmente considerando su dinámica y los posibles cambios asociados con el cambio climático".
EL(Europapress)