La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó el uso de edulcorantes para controlar el peso, tras advertir que su uso no entregaba ningún beneficio a largo plazo en la reducción de grasa corporal en adultos o niños.
El organismo apuntó que su uso puede derivar en efectos indeseables a largo plazo, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.
El director de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS, Francesco Branca, manifestó que "los edulcorantes sin azúcar no son factores dietéticos esenciales y carecen de valor nutricional. Las personas deberían reducir totalmente el dulzor de la dieta, desde una edad temprana, para mejorar su salud".
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¿Qué implica la recomendación de la OMS?
En diálogo con T13.cl, la directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Las Américas (UDLA), Evelyn Sánchez, subrayó que "el consumo de estos edulcorantes azucarados no tiene ningún beneficio a largo plazo. No hay diferencias significativas y no brinda ningún beneficio a la salud propiamente tal en la prevención de una enfermedad, por ejemplo, o en el control del peso o la grasa".
"Fuera de esta advertencia, de estos edulcorantes sintéticos o naturales que han sido modificados, quedan fuera los polioles, que si bien tienen un aporte calórico es bastante bajo, pero no están considerados dentro de este grupo", agregó.
Y, en ese sentido, indicó que "más que cambiar un jugo endulzado con un edulcorante sintético por alguno quizás con un poliol, sería ir un paso más allá y volver a la alimentación más natural, donde nos hidratemos con un sabor no necesariamente con un umbral dulce tan alto. La idea es establecer hábitos saludables que perduren en la vida, volver un poco más a lo natural".
¿Hay que volver de los edulcorantes al azúcar blanca?
La respuesta es clara: NO.
"No es ese el foco, el foco va más allá. En el fondo es volver y retomar alimentos más naturales, donde estos azúcares vienen directo en el alimento; y por otra parte también aparte de desaconsejar el edulcorante propiamente tal es intentar reducir nuestros umbrales de dulzor en este caso", indicó la directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la UDLA.
"Sabemos que el edulcorante, su potencial de dulzura es mucho más alto que los azúcares habituales o de origen natural. Por lo tanto, además estamos aumentando el umbral de dulzor necesario para sentirnos con agrado en un alimento", precisó.
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Y fue enfática en apuntar que "si bien esta nueva directriz promueve o desaconseja la incorporación de edulcorantes artificiales, eso no quiere decir que tengamos que volver al azúcar refinada, sino que va más allá. Es reducir nuestros umbrales de dulzura, incorporar alimentos que, aparte de tener un dulzor natural, nos aporten otros beneficios como fibra, que nos ayuda además de reducir este umbral de dulzor a evitar enfermedades cardiovasculares, por los otros nutrientes que aportan".
"La población diabética o aquellos que ya tienen este tipo de patologías quedaron un poco excluidas de esta recomendación. Creo que por lo mismo, porque pudiese tender a que esta población, que ya tiene un mal manejo del metabolismo de los hidratos de carbono simple, pueda retornar al uso del azúcar blanco, un azúcar refinado", cerró al respecto.
