Esta semana, funcionarios de la Casa Blanca y del Pentágono interceptaron varios paquetes que contenían trazas de ricina, un potente veneno, antes de que llegaran a manos del Presidente Donald Trump y de dos altas autoridades del Departamentode Defensa de Estados Unidos.
La información fue publicada por agencias internacionales, pero muchos conocían el veneno desde hace tiempo gracias a la serie "Breaking Bad", que cuenta la historia de Walter White, un profesor de química lleno de problemas que termina dedicándose a producir metanfetamina.
Walter menciona a la ricina por primera vez en "Seven Thirty-Seven", el primer episodio de la segunda temporada de Breaking Bad y el octavo de toda la serie, donde él y su compañero Jesse Pinkman elaboran un plan para deshacerse de Tuco Salamanca, un violento narcotraficante.
La ricina es un compuesto altamente tóxico que se extrae de las semillas del ricino, un arbusto, y se ha utilizado en planes terroristas. El tóxico puede ser utilizado en forma de polvo, pellet o ácido. En la serie, Walter White y Jesse logran sintetizar el veneno en forma de polvo, que ponen sobre la metanfetamina que le darán a Tuco.
Si se ingiere, la ricina causa náuseas, vómitos y sangrado interno del estómago y los intestinos, seguido por fallos en el hígado, el bazo y los riñones, y la muerte por colapso del sistema circulatorio. Para la mala suerte de los personajes principales, el agresivo traficante no ingirió el tóxico, pues su tío, Héctor Salamanca, logra evitarlo.
Más adelante en la serie, Walter y Jesse intentan envenenar a Gustavo Fring, el chileno dueño de Los Pollos Hermanos, una exitosa cadena de restaurantes utilizada como pantalla para su red de distribución de metanfetamina.
Walter preparó un poco de ricina en el laboratorio de Gus donde no podía ser visto por la cámara de seguridad. Guardó el veneno en un cigarrillo y le encargó a Jesse que se lo diera al chileno, sin embargo, Pinkman se arrepintió.
Aunque la ricina es mencionada y utilizada en varios planes de intento de asesinato en la serie, el único personaje que la ingirió fue Lydia Rodarte-Quayle, la ejecutiva del conglomerado alemán asociado al imperio de droga de Gus Fring.
Un año después de que su identidad fuese descubierta, Walter regresa a su antigua casa y recupera la ricina que tenía escondida. Más tarde se reune con Lydia en una cafetería y pone el veneno en el endulzante que la mujer le pone a su té.
Esa misma noche Walter habló por teléfono con Lydia. Le preguntó por su estado y le reveló que había sido envenenada. Más tarde, la enferma Lydia falleció a causa de la mortífera ricina.