Los científicos que se encuentran sitiados por 5 osos polares en una remota isla del Ártico
La imagen de un oso polar siempre despierta ternura. Quizás sea su pelaje blanco que genera la percepción de pureza, sumado al hecho que usualmente los vemos en zoológicos o fotos, donde no suponen ningún peligro.
Muy diferente a lo que está viviendo un equipo de científicos en la estación climática de Vaygach, una remota isla en pleno Artico al norte de Rusia, quienes se encuentran sitiados por una manada de cinco osos polares desde hace casi una semana.
Los osos buscan alimento. Y los científicos no cuentan con armas o equipos que les permitan ahuyentarlos, sólo con instrumentos de medición útiles para labor investigativa.
Dos de los cinco osos polares que tienen sitiados a un grupo de científicos rusos en el Ártico
Los científicos no cuentan con instrumentos para ahuyentar a los osos. Solo luces de bangala de emergencia, pero no han resultado.
El equipo de investigadores se encuentra atrapado desde hace casi una semana en la estación climática de Vaygach, una remota isla en pleno Ártico al norte de Rusia.
ientras, los osos polares –cómo los que ellos ven a través de las ventanas– pesan en promedio unos 460 kilos y pueden llegar a medir de 2,40 a 2,60 metros de largo.
Además, son tan ágiles que pueden llegar a saltar una distancia de 3,65 metros.
Frente a esto, el único recurso con que cuenta el equipo de investigadores son luces de bengala de emergencia, pero no han tenido éxito al agitarlas.
El gobierno de Rusia prometió ayudar a solventar la situación, informó el Fondo Mundial para la Naturaleza (o WWF en sus siglas en inglés), una de las mayores organizaciones conservacionistas independiente del mundo.
Mientras tanto, los científicos esperan.
El territorio natural de los oso polares en el Ártico abarca des Murmansk en el oeste al Chukotka en el este.
Se cree que la presencia de estos animales en esta zona es producto del cambio climático, que los ha obligado a explorar tierra adentro por áreas para abastecerse de comida.
Estudiosos han registrado un incremento de ataques a humanos por parte de los osos en los últimos años.