Para muchos, que los británicos sigan manejando en el lado izquierdo de la calle es un acto muy extraño. Pero este comportamiento tiene una explicación que se remonta a siglos atrás.
Durante la Edad Media, las personas viajaban de formas muy distintas a las actuales, pues en lugar de utilizar automóviles de cuatro ruedas, se trasladaban carruajes y caballos.
En ese entonces, era común que las personas se enfrentaran en batallas, por lo que transitar por la izquierda parecía una opción razonable, considerando que cerca del 90% de la población es diestra y las espadas tendían a ser sostenidas con la mano derecha, explica BBC América.
Ya en 1773, el gobierno británico introdujo el Reglamento General de Carreteras, que permitía a los jinetes y personas que trasladaban vegetales al mercado (con espadas en su poder) manejar hacia la izquierda. En 1835, el reglamento pasó a convertirse en ley, y acabó por oficializar la conducción en ese lado de las calles.
En este sentido, cabe preguntarse ¿por qué los países dejaron de manejar hacia la izquierda?
En aquel período, las autoridades rusas notaron que las personas tendían a transitar por el lado derecho de las calles, quizás porque las condiciones climáticas eran más importantes que cargar una espada.
En tanto, durante la Francia pre revolucionaria, las personas tendían a manejar hacia el lado izquierdo, pero luego de la revolución, cambiaron sus formas de conducir como parte del reordenamiento general de la sociedad.
Estos cambios y permanencias ocurrieron mientras los franceses y los británicos tomaban el control del mundo, lo que explica por qué las colonias francesas como Algelia o Senegal manejan hacia la derecha, mientras que las de los británicos como Nueva Zelanda y Australia se inclinaron a la izquierda.
En 1908, la revolución en transportes vino de la mano de Henry Ford con la creación del modelo T. En este vehículo, el asiento del conductor fue ubicado a la izquierda, para permitir que los pasajeros de adelante y atrás pudieran bajar directamente a la acera.
En la década del '20, Italia y España adoptaron este sistema e hicieron el cambio hacia la derecha, a los que les siguieron los países del este de Europa. Sin embargo, los británicos decidieron permanecer a la izquierda, en una actitud que difícilmente cambiará.