Un dato base: En nuestras bocas existen al menos 700 tipos de baterias.
Sabiendo eso, pongamos un poco de contexto. En un estudio publicado en noviembre de 2014, investigadores del Museo Micropia y la Unidad de Microbiología y Sistemas Biológicos de Amsterdam, Holanda, se centraron en el intercambio de gérmenes cuando dos personas se besan.
Y si de besos hablamos, nos referimos a reales, de aquellos que "involucran contacto total entre dos lenguas e intercambio de salivas", una característica única de los humanos y un comportamiento estudiado en al menos un 90% de las culturas en todo el Mundo.
En un beso de 10 segundos, 80 millones de baterias son transferidas de una boca a otra.
Los científicos holandeses utilizaron a 21 parejas, de entre 21 y 45 años, quienes visitaron el laboratorio ubicado en el Museo Real Artis, en Amsterdam para contestar un cuestionario, el cual incluía preguntas como: "Cuál fue su última comida, hace cuánto tiempo se dieron el último beso, y con qué frecuencia se besan".
Luego, se les solicitó escupir en una probeta y se les extrajo una muestra de su saliva con algodón desde sus lenguas para analizar qué bacterias existen en cada una de las bocas.
Para saber cuántas baterias "saltan" de una boca a otra, le pidieron a las parejas que bebieran un líquido probiótico que contenía variedades de Lactobacilos y Bífidobaterias, que conforman el 0.15 por ciento de las bacterias en la saliva, y el 0.01 por ciento presentes en la superficie de la lengua. Luego le piden a las parejas que se besen, para posteriormente repetir el proceso inicial.
Cuando los investigadores analizaron las muestras, descubrieron que la cantidad de las bacterias probióticas estaban en un 0.54 por ciento en la saliva del receptor y un 0.49 en la lengua.
La investigación lanzó que las parejas que se dan al menos nueve besos (con lengua) al día, suelen compartir la misma "familia" de gérmenes en sus bocas. Sin embargo, las bacterias presentes en la saliva suelen ser eliminadas (al lavarse los dientes, por ejemplo) por lo que no representan una gran amenaza para proliferarse.
Caso contrario con las que viven en la superficie de la lengua, un espacio MUY fértil para colonizar la cavidad bucal.
