No se trata de una revolución o de un sistema mágico de entrenamiento como suele anunciarse en los comerciales de televisión. Es más bien la evolución de un complejo modelo de entrenamiento que hasta hace no mucho estuvo reservado a una elite deportiva.
Pero desde hace unos años, la electroestimulación muscular (EMS, por sus siglas en inglés) salió a la calle y recientemente se ha popularizado entre las personas que buscan reducir el tiempo dedicado a hacer ejercicio pero obteniendo el mismo o un mayor beneficio.
¿Qué es la electroestimulación muscular (EMS)?
Es una técnica que utiliza una corriente eléctrica adecuada para causar una contracción muscular de manera similar a los impulsos que envía el sistema nervioso central para controlar las acciones de los músculos.
En la práctica es un traje con electrodos que cubre el cuerpo conectado a una máquina con diferentes programas de entrenamiento con los cuales se logra alcanzar en profundidad las fibras musculares que son más difíciles de activar por medio de un entrenamiento convencional.
El concepto de la electroestimulación se basa en mandar un impulso eléctrico para estimular una contracción muscular.
"Para decirlo de una manera, es una simulación de un entrenamiento intervalo de alta intensidad o HIIT", explicó Francisco Sánchez Diego, director del centro femenino Vivafit de Santander, en España.
Sánchez Diego fue un escéptico a la hora de incorporar el sistema de entrenamiento de electroestimulación muscular a su gimnasio porque no creía que una máquina con electrodos pudiera ofrecer unos efectos tan rápidos con una carga de trabajo baja.
"Pero vi cómo con una metodología de trabajo adecuada sí ofrece buenos beneficios", señaló.
1. Mito: Te pondrás en forma en el sofá de tu casa
"El mayor mito es que no hace falta un trabajo complementario", dijo el preparador físico español.
La clave para que funcione la electroestimulación es acompañarla con movimientos, no echado en el sofá.
"Es cierto que tienes un estímulo bastante fuerte en general a nivel de casi todo el cuerpo y casi toda la musculatura. Eso sin duda te activa, quema un número de calorías y genera un nivel de testosterona. Pero también tienes que ayudar a ese estímulo y no tumbado en una camilla".
El punto que buscar resaltar Sánchez Diego es que, si bien ayuda a la rehabilitación de lesiones, no se trata de una fisioterapia, "que es una actividad pasiva, sino que aquí es necesario ir haciendo movimientos".
"Vas a ganar impulso, vas a ganar fuerza, resistencia muscular, pero no es que vas a estar sentado. La gente tiene que ir siguiendo una rutina de posturas dependiendo de lo que esté buscando", explicó el argentino Fernando Troyansky, instructor principal y propietario de la cadena de gimnasios Firme 20, que también se encarga de la distribución de equipos de EMS.
2. Mito: No necesitas estar en forma, cualquiera lo puede hacer
No es tan así. Cualquier persona que se someta a un trabajo de alta intensidad debe tener una condición física mínima para evitar riesgos de lesiones o problemas de salud.
Es necesario que haya una supervisión para obtener el mayor beneficio del estímulo eléctrico.
Para Troyansky "está claro que es una actividad muy exigente para la cual la gente debe estar preparada", citando como ejemplo la hidratación del cuerpo.
"Es muy importante que la gente beba agua o líquido porque si vas a estar en una sesión de 20 minutos moviendo tantos músculos al mismo tiempo, esto desgasta mucho. Hay gente que te pide que a los 10 minutos le saques el chaleco", dijo.
Tampoco es recomendable conectarse a una máquina sin la supervisión de un profesional.
"Es una máquina de preparación física que tiene que ser controlada por alguien que sepa valorar y que conozca las condiciones físicas de cada persona. Sólo así se puede saber en qué rango se puede forzar a cada individuo", dijo Sánchez Diego.
El preparador físico enumeró que los entrenamientos con electroestimulación no son recomendados para "gente que sufre de epilepsia, con problemas de tendinitis, con inflamación, con tumores, con patologías, con implantes activos o las mujeres embarazadas".
3. Verdad: Te permite hacer trabajos más dirigidos
Troyansky, quien fuera futbolista profesional, explicó que uno de los beneficios de este sistema de entrenamiento es que te permite mantener el estado de forma.
Los máquinas ofrecen diferentes programas para trabajar determinadas zonas del cuerpo o un tipo de ejercicio específico.
"Yo jugué fútbol durante más de 13 años en Austria y hacia el final de mi carrera trabajamos mucho con electroestimulación en el equipo Austria de Viena", contó a BBC Mundo.
"Su beneficio fue tal que el preparador físico se sacaba un peso de encima cuando los jugadores se estaban recuperando de una lesión y los mandaba a sesiones de electroestimulación para que mantuvieran el nivel físico.
"Con una lesión es difícil trabajar todo el cuerpo, por eso con el chaleco puedes enfocar la actividad en ciertas zonas".
4. Mito: Pierdes peso
No por sí solo. Como cualquier otro ejercicio, un entrenamiento con EMS por sí solo no te hará perder esos kilogramos de más que tu cuerpo acumula si no lo acompañas con una buena alimentación.
Cualquier actividad física deberá ir acompañada de una buena dieta para poder perder peso o moldear la figura.
"Se ven resultados, pero si quieres que estos sean realmente significativos también es necesario hacer una dieta", aclaró el director de Vivafit en Santander.
Al tratarse de un entrenamiento de alta intensidad está claro que el cuerpo quema grasa en busca de la energía que necesita para resistir el ejercicio.
"En lo que más se va a notar es en cómo moldea tu cuerpo", resaltó Troyansky. Esta es una de las razones por la que este sistema de entrenamiento es tan popular entre personalidades del mundo del espectáculo en España, por ejemplo.
5. Verdad: No es para todos los días
"Es una forma de entrenar un poco diferente para la gente que tiene poco tiempo", explicó Troyansky, "pero es un entrenamiento en el que se trabajan unos 400 músculos simultáneamente".
La electroestimulación muscular produce efectos similares a los entrenamientos de alta intensidad, por lo que no es recomendable hacerlos más de dos veces por semana.
El preparador argentino con residencia en Madrid, España, aclaró que cualquier entrenamiento con EMS es mejor combinarlo con ejercicios cardiovasculares y que "no se pueden hacer sesiones en días seguidos porque las fibras no están preparadas y hay riesgo de lesionarse".
Por su parte, Sánchez Diego comentó que "al igual que los entrenamientos HIIT, sólo es recomendable hacer la electroestimulación muscular dos veces por semana, a lo mucho tres si tienes una gran condición física".
"Este tipo de ejercicio mantiene al cuerpo activo unas 72 horas después de haber acabado la rutina. Es muy fuerte y en una sesión de 12 a 14 minutos sientes cómo tu cuerpo está exigido al máximo de su capacidad.
"De hecho, te permite dar un paso por delante de la intensidad que sientes que eres capaz de hacer".