Magdalena Pizarro junto a su pololo Patrick viven con intensidad sus días en libertad luego que él cumpliera con la pena de cárcel que lo mantenía en el Complejo Penitenciario en La Serena.
Ambos se conocieron a través de Facebook y ella se viralizó en redes sociales por sus videos en TikTok donde contaba cómo preparaba comidas y otros encargos para llevarlos a la cárcel durante los días de visitas.
En sus videos, Magdalena mostraba cómo se levantaba a las 04:00 horas en los días de visita para llevarle contundentes almuerzos de carne o pollo con arroz y papas fritas, galletas, papel higiénico e incluso cigarros, entre otras cosas.
En conversación con Las Últimas Noticias, contó cómo vivió el día en que su pareja fue dejada en libertad. “Veo que viene Patrick con varios gendarmes. Cuando se abrió la reja lo abracé y no lo solté. Fue algo increíble poder verlo y sentirlo en libertad”, detalló.
“Al otro día fuimos a la feria, pero no nos hemos dedicado mucho a salir. Yo no quería llevarlo a todos lados después de que saliera en libertad porque él necesita tiempo para adaptarse a otra realidad, que es la de nosotros y la que tenemos que formar”, agregó la joven.
Con respecto a la convivencia, indicó que “es diferente, pero no tanto porque ambos sabíamos cómo es el otro, entonces, en la realidad ya sabemos a qué atenernos. Lo que sí he notado es un relajo de mi parte, porque antes estaba pendiente del teléfono por si me llamaba. Lo tenía con sonido en la noche, no podía dormir si no me llamaba. Ahora lo tengo sin sonido. Otra cosa es que hay veces que se le olvida apagar la luz porque claro, en la cárcel no tienen un interruptor”.
Por otro lado, Patrick recordó que “en el momento que salí miraba la reja y pensaba que solo eso me separaba de Magdita. Fue una alegría tan grande cuando la vi, pero a la vez una gran pena porque sentí todo el esfuerzo que ella hizo este tiempo, levantándose a las cinco de la mañana para venir a las visitas. Estoy totalmente agradecido de ella”.
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“Yo ya viví lo que es portarse mal, las malas juntas que se pueden terminar en una droga e ir a robar. En un círculo vicioso que siempre va a terminar mal. A mí el amor de la Magda me rehabilitó, ella me hizo pensar en un futuro y me da ganas de ser mejor”, contó.