"No lejos de la muerte": el insano y peligroso método de perder 7 kilos en menos de un día
"Es probablemente lo más peligroso que hago todo el año".
Fue la advertencia de Dean Garnett al referirse al método que utiliza para poder perder 7 kilogramos en menos de un día, una práctica arraigada en varios deportes de lucha, pero en particular en las artes marciales mixtas o MMA por sus siglas en inglés.
El sacrificio al que se somete Garnett se conoce como weight cu, o recorte de peso, un proceso extremo de pérdida de peso por el que pasan los peleadores para poder participar en una división específica.
El deportista británico normalmente pesa 69 kilogramos, pero para su pelea por el peso gallo frente a Luiz Tosta tuvo que bajar hasta los 61,8 kilogramos.
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El riesgo es tan alto que este mes uno de los protagonistas principales de la cartelera de la mayor promotora de las MMA, el Ultimate Fighting Championship, tuvo que ser trasladado de emergencia al hospital por "asuntos en el manejo de su peso".
En 2013, el luchador brasileño de arte marcial Leandro Souza murió al sufrir un infarto cuando se encontraba en un sauna. Souza se había sometido a diuréticos, presionado para perder 15 kilogramos en una semana.
Hace dos años, el chino Yang Jian Bing, de 21 años de edad, sufrió un ataque al corazón mortal también como consecuencia del weight cut.
Pese al vertiginoso crecimiento de la MMA en la última década todavía no hay una regulación sobre esta práctica, a la que se someten los artistas marciales.
"Los márgenes son tan pequeños (para lograr llegar al peso requerido), y los riesgos y recompensa son muy altos", reconoció Garnett.
¿Cómo lo hacen?
Ben Crighton, del Centro de Salud Pública de la Universidad John Moores de Liverpool, estuvo supervisando a Garnett con el objetivo de estudiar las consecuencias a largo plazo que tiene el proceso extremo de pérdida de peso en la salud de los peleadores.
A través de continuas pruebas de sangre, Crighton fue midiendo los niveles de enzimas que pueden generar daños irreparables en el hígado y los riñones.
"Los peleadores de la MMA son los que están perdiendo más peso que en cualquier otro deporte de combate", le contó el investigador a la BBC.
Crighton comentó que la mayoría de los peleadores controlan su peso durante las semanas de entrenamiento, pero en los últimos días están obligados a centrarse en pasar el corte permitido para la división.
En su explicación al portal JOE, el catedrático contó que lo primero que se deja de ingerir son los carbohidratos.
Al cortar este tipo de alimentos el cuerpo perderá el glucógeno almacenado en los músculos, por lo que también se reducirá el agua que va asociada al glucógeno.
Hay alrededor de 3 a 4 gramos de agua por cada gramo de glucógeno.
Luego se prepara al cuerpo tomando mucha agua durante varios días -de 9 a 12 litros diarios- y dejas de hacerlo el día antes del pesaje para la pelea.
La deshidratación
En las siguientes 24 horas no tomas absolutamente nada, por lo que a partir de allí comienza la fase de expulsión.
También hay que reducir el consumo de sal, porque con el sodio el cuerpo tiende a retener líquido.
"No hay una investigación que diga que esta es la mejor forma de hacerlo, pero sigue siendo el método más común", aceptó Crighton.
Este proceso de deshidratación se potencia al motivar el sudor a través de baños de agua caliente, sauna y ropa térmica.
Para perder el 10% de su peso corporal en menos de un día, Dean se somete a un largo y agotador proceso de deshidratación. Debe someterse a un ciclo de saunas y baños calientes para forzar cada onza de humedad de su cuerpo.
Cuando no está en el baño o la sauna, Dean se acuesta en el piso de su hotel envuelto en sábanas y edredones, como un cuerpo en espera de entierro.
Mastica cubitos de hielo para sacar la saliva de su boca, y lo escupe de nuevo. Tiene que tener cuidado de no tragar nada - el agua añade peso.
"No muy lejos de la muerte", dice Dean, cuando le preguntan cómo se siente.
Parte del juego
Danny Roberts peleó en la UFC y conoce bien el proceso para perder peso.
Su peso normal es 88 kilogramos, pero cuando peleó contra Dominique Steele en la UFC 197 la balanza registró 77 kilogramos. Sabe que es algo por lo que tiene que pasar unas tres a cuatro veces al año, en dependencia de lo su cuerpo es capaz de aguantar.
Garnett, que todavía permanece invicto en su carrera profesional, reconoce que está preocupado por los efectos que puede tener este proceso a largo plazo en su salud, pero es consciente de que es uno de los sacrificios que se debe realizar para triunfar en el deporte.
"Detrás de cada puerta en un hotel donde hay peleadores como éste, encontrarás ciruelas secándose como yo, pasando por lo mismo".
Una de las quejas de Dean es que no hay suficientes divisiones de peso, por lo que los luchadores se ven obligados a perder o aumentar su peso de manera dramática con el fin de asegurar una pelea.
Garnett logró bajar de peso y luego recuperó los siete kilos de cara a la pelea al día siguiente.
Es el camino que él eligió para una mejor vida, el problema es que puede ser también el de una más corta de la que pudiera tener.
Los exámenes llevados a cabo por Crighton mostraron que habían aumentado los niveles de enzima, aunque el investigador admitió que son necesarios más estudios con otros luchadores para establecer un patrón general.