Mujeres Bacanas: Ramla Ali, la boxeadora de Somalia
Nació en los años 90 en Mogadishu, la capital de Somalía; no sabe bien cuántos años tiene. Era parte de una familia de siete hermanos, pero uno de ellos murió por una granada que cayó en el patio de la cara durante la guerra civil del país; sus padres entonces partieron en bote a Europa con sus hijos sobrevivientes, llegando finalmente a Inglaterra. Hoy Ramla ha sido elegida representante olímpica de su país de origen en los Juegos Olímpicos de Tokio en boxeo.
Ramla creció en Gran Bretaña y fue en la adolescencia, cuando ganó bastante peso y sufrió de bullying, que decidió probar el gimnasio. Ahí comenzó a boxear, y rápidamente lo hizo muy bien, además de conseguir un físico atlético. Eso sí, tenía que esconder su deporte de su tradicional familia; los primeros campeonatos amateur en peso liviano donde compitió, lo hizo en secreto. No fue hasta que su hermano la reconoció en la TV que la familia se enteró y Ramla debió convencerlos de que era su pasión. Estudió Leyes, pero no quiso ejercer y en vez se concentró en entrenar y convertirse en campeona de box.
En 2016 ganó tres de los campeonatos de box amateur más importantes de Inglaterra, y fue la primera mujer musulmana en hacerlo. Ella es religiosa e incluso entrena mientras ayuna para ramadán, pero no usa la vestimenta tradicional.
Al no quedar en la selección de Gran Bretaña para los Juegos Olímpicos, Ramla recibió el llamado de la federación deportiva de Somalía; país en que el último certamen tuvo una delegación de sólo dos deportistas. Ella ahora tiene sus ojos puestos en Tokio 2020, y cree que si logra llegar, servirá de inspiración para todas las niñas de Somalía. Por mientras, se ha transformado en un pequeño fenómeno del box; Nike la convirtió en uno de sus rostros.
Además, cuando no está en el ring, Ramla Ali enseña clases de defensa personal a mujeres musulmanas en Londres, quienes se sienten más cómodas por su cultura entrenando entre mujeres y con una mujer al mando.
Además, y fuera del ring, Ramla será la portada de la revista Vogue británica de septiembre próximo, la que fue editada por Meghan Markle, duquesa de Sussex.