Popularmente conocida como Marta, a secas, es por muchos considerada la mejor jugadora de fútbol de todos los tiempos. Nació en el noreste de Brasil, país en que esta disciplina es el deporte rey y pasión nacional.
Creció en una familia de escasos recursos y cuando tenía nueve años tuvo que dejar la escuela porque su madre no tenía dinero para pagarla, pero Marta se propuso continuar con sus estudios por su cuenta. Desde niña jugó fútbol; en la calle, sin zapatillas y muchas veces conviviendo con el rechazo de los niños hombres que no la querían incluir en el juego. Incluso su familia la juzgaba porque consideraba que este deporte no era para mujeres, pero Marta ya había decidido que ese sería su camino.
Tenía catorce años cuando se probó en el plantel profesional femenino del Vasco da Gama. Fue inmediatamente aceptada y comenzó su brillante carrera. Hoy, la deportista es la máxima goleadora de todos los tiempos en la Copa Mundial Femenina de la FIFA, con quince goles, y ha sido nombrada Jugadora del Año cinco veces consecutivas entre 2006 y 2010. Ganó su primer Balón de Oro en 2006, cuando tenía solo veinte años, y fue elegida una de los seis embajadores en el Mundial de Fútbol 2014 celebrado en su país. Actualmente, Marta juega en el equipo Orlando Pride de la Liga Nacional de Fútbol Femenino en Estados Unidos y además es delantera en la selección femenina de Brasil.
Vieira siempre ha considerado que, además de un deporte, el fútbol puede ser una herramienta para que los jóvenes, especialmente aquellos más vulnerables, tengan una alternativa al mundo de las drogas y la delincuencia.
Así Vieira da Silva ha sido embajadora de buena voluntad del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo desde 2010. Además ONU Mujeres la nombró en 2018 embajadora de buena voluntad para mujeres y niñas en el deporte. De esta manera, Marta seguirá inspirando a más mujeres a desafiar los estereotipos y las dificultades con tal de cumplir sus sueños.
Según la Encuesta Mundial de Salarios Deportivos (2017), entre atletas de élite las mujeres deportistas reciben en promedio solo el 1% de lo que ganan los hombres de su categoría. Es decir, son menos las oportunidades para ellas, quienes además deben lidiar muchas veces con la discriminación y con situaciones de acoso sexual. Marta hoy lucha por terminar con estas prácticas, liderar con el ejemplo y, por supuesto, golear.
