Mujeres Bacanas: Margot Loyola, la guardiana del folclor
Esta famosa folclorista e investigadora chilena, la primera chilena en ganar el Premio Nacional de Música de Chile (1994). Hoy junto a Violeta Parra y Gabriela Pizarro, Margot Loyola es una de las tres investigadoras esenciales del folclor de Chile.
Durante 60 años, guitarra en mano, recorrió los rincones de Latinoamérica investigando y recopilando tradición musical con diversos cultores de estilos folclóricos. Además su trabajo la llevó a los lugares más apartados de Chile, a donde su acercamiento personal y observación directa le valieron las grabaciones de cultores musicales que son hoy patrimonio nacional. El 15 de septiembre de 2016, por su cumpleaños, se entregó por primera vez el Premio a la Trayectoria en Cultura Tradicional Margot Loyola, y se instauró su natalicio como el Día Nacional de la Cultura Tradicional y Popular Chilena, en su honor.
Loyola fue la primera persona en difundir cantos de grupos originarios chilenos a otros públicos. Estos cultores no hacían canto fuera de su contexto comunitario, pero Margot logró hacer un rescate e interpretación de estas instancias las que gracias a ella se popularizaron como parte del folclor nacional.
Dentro de sus investigaciones destaca su estudio comparativo de la resbalosa y marinera peruana, con la refalosa y cueca chilena. También hizo una investigación sobre las danzas ceremoniales del norte de Chile y creó una escuela en torno a los cantos y bailes tradicionales, precursora del Ballet Folclórico Nacional (Bafona).
Margot Loyola falleció el 3 de agosto del año 2015.
“El nombre lo respeta el pueblo: Margot Loyola Nació en Linares, pero ha crecido en los caminos de Chile, compilando, investigando y divulgando música, canción y danza. En este andar adquiere una responsabilidad, un compromiso con el pueblo. Camina por Chile mirándolo todo, observándolo con una pasión interior. Margot Loyola comprende el ser en su medio, es una de las intérpretes con santidad de texto. Su espíritu, vocación y abundancia, del corazón le hace surgir una profesión de chilena. Es un prócer del folclor, le corresponde un folio aparte, Ella trasciende en el mundo de los valores. Delimitar la extensión de sus campos de acción, es recorrer el alma de Chile. Todos le conocen sus amores: Chiloé, los araucanos [sic], la zona central, Isla de Pascua [sic], el Norte, el altiplano ariqueño y siempre el pueblo. Es un cariño afianzado en el universo margoloyolano. En el escenario se siente su presencia. Posee una grande e impetuosa capacidad. No le importa que el sudor empape o la brisa refresque. Se aviva como llama de una hoguera a la que le da un buen viento. Es fuente de energía y voluntad. Frente a ella el elogio prende. Su parla chilena, voz del pueblo, se entrega rica de malicias, de intuiciones, de valores cuando habla de una persona o cuenta a la nación. Que nadie la detenga que venga, que venga. Se sabe que terminará su peregrinaje sólo al borde de la muerte” (Oreste Plath, “Liviano esbozo de una artista”).