Mujeres Bacanas: Kristin Armstrong demuestra que no hay edad para vencer
Ganó un oro en bicicleta en ruta en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Es su tercera vez consecutiva. Lo que la separa quizás de otras deportistas y de sus competidoras, es que al día siguiente de vencer, Kristin Armstrong, madre de un hijo y con varias cirugías de cadera en el cuerpo, cumplía 43 años. No hay edad para vencer, parece.
Cuando le han preguntado al respecto de seguir compitiendo, Armstrong explicó: "Creo que por mucho tiempo nos han dicho que deberíamos terminar a cierta edad, y creo que hay muchos atletas demostrando que eso no es cierto".
Armstrong no sólo es una excelente ciclista; antes de comenzar a competir en ruta, fue nadadora y triatleta. Pero ya en la universidad le diagnosticaron artrosis en ambas caderas; tuvo que dejar de correr y concentrarse en la bici. Su primera medalla de oro vino en Beijing y luego se alejó brevemente de las pistas, ya que con su marido decidieron comenzaran una familia. Tras el nacimiento de Lucas, volvió para conquistar Londres 2012. Retornó a su retiro, hasta que hace seis meses, decidió darle otro intento a la carrera.
Así que para estos Juegos Olímpicos no corría como favorita, la edad comenzaba a pesar. Por lo mismo, una vez que cruzó la meta, agotada, con algo de sangre en la cara, y fue a abrazar a su hijo con lágrimas en los ojos, Armstrong dio una lección a cualquiera que dice que la edad importa.