Es una de las protagonistas de la Patria Vieja y la lucha por la independencia. Patriota, defensora y promotora de sus hermanos Juan José, Luis y José Miguel como héroes nacionales, textos de autores como Benjamín Vicuña Mackenna o María Graham la describen siempre como de carácter fuerte, llena de inteligencia y pasión. Llevada a sus ideas, claro, lo que la llevó a autoexiliarse en Argentina mientras gobernaba Bernardo O’Higgins. Es de las pocas mujeres que se abrió un espacio en la pelea por la independencia de Chile.
Javiera Carrera era la primogénita de una familia de clase social alta. Los Carrera de inmediato se sumaron a la causa independentista tras el primer cabildo de 1810; ella comenzó a hacerse famosa por ayudar a mover armas para la resistencia ante los españoles y ayudar a soldados, y estar presente en todas las reuniones de la causa. Se dice incluso que fue la primera en coser la bandera chilena.
Javierra Carrera era quien alentaba a sus hermanos; María Graham escribió de ella: “La hermana de José Miguel aspiraba a hacer de él un Napoleón, arrancándolo a la aturdida y borrascosa vida de joven calavera y dirigiéndolo hacia las metas del poder y la gloria”. Pero los Carrera perdieron la batalla frente a O’Higgins, a quien Javiera despreciaba; madre de siete hijos, tras el triunfo de los españoles se exilió en Argentina, dejando a su familia, donde no tenía dinero y sufrió penurias, hasta bordear la locura tras el fusilamiento de sus hermanos. Javiera fue exiliada después a Lujan y terminó vivió en un convento. Sólo volvió a Chile en 1824 cuando O’Hggins dejó el poder; de regreso en el país, vivió el resto de su vida retirada de la lucha y lo público.
Murió a los 80 años. Benjamín Vicuña Mackenna escribió entonces: “Se ha apagado una gran vida desapareciendo uno de los actores de aquel drama de gloria y martirio que redimió a los chilenos como pueblo”.