Mujeres Bacanas: Galina Starovoytova, diputada rusa asesinada
Fue una de las figuras históricas de la Perestroika, o la reforma económica de la Unión Soviética; fue una política que defendía la idea de democracia en Rusia y una defensora de las etnias amenazadas. Galina Starovoytova era diputada al minuto de su muerte cuando fue asesinada afuera de su casa en San Petersburgo; tenía 52 años.
Creció en una típica casa soviética en Leningrado; su padre era el jefe dentro de una fábrica. Su primer despertar político vino cuando Unión Soviética invadió Checoslovaquia y ella se unió a las protestas. Estudió psicología y luego obtuvo un doctorado en antropología. Se hizo experta en etnografía, estudiando y defendiendo a las minorías oprimidas por el régimen de su país, como los de la región del Cáucaso.
Comenzó su carrera política en 1989, durante la era Gorbachov, como parte del Congreso de los Diputados del Pueblo, una entidad semi democrática en la transición. Galina se convirtió en una referente también en la era Yeltsin, como consejera en temas nacionales y étnicos del líder ruso.
Se opuso al conflicto de Rusia con Chechenia y rompió lazos con sus compañeros en el Kremlin por el tema. En los años siguientes, mientras muchos de sus pares de generación y reformas se enriquecían en los nuevos negocios rusos, Galina se mantuvo independiente, trabajando en academia y trabajando en el parlamento de manera incansable. Se barajaba incluso que podría ser candidata a presidente en el año 2000.
Poco antes de su muerte, estaba enfrentándose al líder comunista ruso por comentarios antisemitas y trabajaba por evitar nuevos avances de fascismo en su país. El 20 de noviembre de 1998 fue baleada en la entrada de su departamento en San Petersburgo. Aunque dos hombres fueron condenados por el crimen, y se achacó la autoría intelectual a uno de los jefes de la mafia rusa, hoy aún se cuestiona quién fue realmente que la mandó a matar. Galina no sólo era uno de los pocos referentes femeninos de Rusia en el poder, sino que también tenía gran influencia en Yeltsin.
Antes de morir, creó un premio con su nombre que se entrega a quienes defiendan los derechos humanos y ayuden a la consolidación de la democracia en Rusia.