Fue la primera mujer en pilotear un Transbordador espacial de la NASA, y también la primera en liderar una misión como comandante. Eileen Collins, la niña que quería ser piloto, reunió 38 días y 20 minutos en el espacio exterior, antes de su retiro.
Nació en Elmira, Nueva York. Siempre quiso dedicarse a la aviación, pero los vuelos espaciales estaban demasiado lejos; ella ha dicho que cuando crecía, no había ninguna mujer astronauta en EE.UU. que la hiciera pensar que era posible. Lo que sí comenzaron a aparecer eran más oportunidades para mujeres pilotos. Así Collins, quien estudió economía y matemáticas, comenzó a hacer una destacada carrera en aviación, Se entrenó como piloto militar, fue instructora y también voló misiones humanitarias por las Fuerzas Armadas. Era de las pocas mujeres en graduarse de piloto de prueba militar, cuando tras una visita del primer curso de astronautas de la NASA que había admitido mujeres, la hizo plantearse una nueva carrera.
En 1990 se integró a la NASA, y tras cinco años de entrenamiento, comenzaron sus misiones. En 1995 fue una de las pilotos de la misión Discovery, que debía hacer un inédito encuentro con la estación espacial rusa; Eileen fue la primera mujer tras los controles en el espacio exterior para los norteamericanos. Al año siguiente tuvo una hija, y luego en 1997 ya estaba de vuelta en el espacio.
Fue en 1999 que se convirtió en la primera mujer comandante de un Transbordador espacial. Y en 2005, Eileen lideró quizás su misión más importante: la STS-114, llamada también “retorno al vuelo” para la NASA, ya que fue la primera en ir al espacio tras el desastre y explosión de la misión Columbia dos años antes (donde habían muerto siete tripulantes). Collins voló con éxito el Discovery, devolviendo confianza a las misiones espaciales.
Al año siguiente, en 2006, se retiró de la vida como astronauta para pasar más tiempo con su familia; hoy ha recibido cientos de honores militares, civiles, y espaciales.