Dionísia Gonçalves Pinto fue una pionera del feminismo latinoamericano, conocida con su seudónimo de Nisía Floresta Brasileira, desafió las convenciones de su época, para convertirse en una destacada autora y educadora del siglo XIX. Nació en el estado de Río Grande del Norte en Brasil, en el poblado que hoy lleva su nombre, donde fue casada a los 14 años con un hombre del que escapó un año después para volver con su familia.
Se educó con monjas carmelitas y comenzó a escribir en un diario de Pernambuco, en una época en que los medios de comunicación estaban recién empezando. Ahí escribió artículos sobre la condición femenina y su rol social, hasta que a los 22 años tradujo “La mujer no es inferior al hombre”, que Mary Wortley había escrito en 1739 , y que Nisía Floresta publicó en 1832 como “Los derechos de las mujeres y las injusticias de los hombres”. Este fue el primer libro en Brasil, (y probablemente en Latinoamérica) que trataba el tema de las mujeres y su acceso a la educación, así como la capacidad de participar de la misma manera que los hombres en la sociedad.
Nisía tenía una gran vocación por la educación por lo que fundó en 1838 el Colegio Augusto, donde sólo se enseñaba a niñas. Aquí, diferencia de la educación de la época que se enfocaba en costura y buenas costumbres para las mujeres, se enseñaba lengua, ciencia, arte y matemáticas con métodos innovadores de pedagogía.
Su obra intelectual, que transgredió lo público y lo privado, no estuvo exento de críticas, las que muchas veces apuntaban a desacreditar su intelecto por ser promiscua, pues Nisía, quien ante los más conservadores seguía casada con el marido de su niñez, había formado familia con otro hombre.
Además de escribir más de 15 libros con el tema principal de la emancipación femenina, Nisía Floresta también participó activamente en las campañas abolicionistas y denunció la opresión colonial a los pueblos indígenas en su poema “A lágrima de um caeté”, donde además hace referencia a la Revolución Praieira ocurrida en Pernambuco en 1848.
En 1853 emigró a Francia donde murió a los 75 años.
