Carolina Herrera es marca registrada tras décadas de carrera diseñado vestidos y presentando perfumes. Venía de la alta alcurnia venezolana, pero no fue hasta pasados sus 40 años que se decidió a montar un desfile con diseños propios.
Nació y se crió en Caracas bajo el nombre de María Carolina Josefina Pacanins y Niño y en cuna de oro; su padre fue gobernador de la ciudad, y Herrera ha dicho que siempre estuvo expuesta a cosas hermosas, incluidas las ropas de su madre y luego su suegra, que vestían Dior y Balenciaga. Se casó a los 18 años pero rápidamente se divorció. Su segundo marido sería su gran compañero, el adinerado y elegante Reinaldo Herrera.
La joven socialité se mudó a Nueva York en 1980 y pronto se convirtió en una de las caras conocidas de la ciudad, amiga de Bianca y Mick Jagger, y de Andy Warhol, quien la inmortalizó en uno de sus famosos retratos pop. Si bien era ya conocido su estilo, no fue hasta 1981, cuando tenía 42 años, que diseñó su primera colección, animada por la sugerencia de la mítica editora de Vogue, Diana Vreeland. Carolina Herrera ha contado que había sido criada como realeza, sólo preparada para quedarse en casa y socializar, pero que ella quiso más. “Yo comencé con mi negocio en mis cuarentas. Ahí supe que podía hacerlo. No debes asustarte de envejecer; el miedo es de lo más desagradable”.
Fue así como comenzó el imperio de Carolina Herrera, quien se convirtió, gracias a sus diseños siempre elegantes pero a la vez contemporáneos, en la favorita de la alta sociedad: todas las primeras damas de EE.UU. han vestido sus diseños, desde Michelle Obama a Jackie Onassis, quien era una de sus seguidoras más queridas. Hoy, Carolina Herrera tiene un imperio estimado en más de mil millones de dólares, gracias a sus más de 280 tiendas en el mundo, y la asociación que hizo con Puig en los 90 para su línea de famosos perfumes. Defiende el “tener estilo”, que es ser tu misma cuando todo el resto está haciendo otra cosa; un toque especial que sólo algunos logran. Uno de sus looks más famosos, es el de la inmortal blusa blanca, con faldones.
Hoy, pasados los 70 años Carolina Herrera -madre de cuatro hijas- sigue trabajando desde su oficina en la séptima avenida de Nueva York, y sigue siendo un referente del diseño. Ha ganado premios en las más importancias organizaciones de moda de EE.UU. Esto, ha explicado ella en entrevistas, porque no está interesada en tendencias pasajeras, sino que lo suyo es la belleza. Esa que no pasa jamás de moda.