Mujeres Bacanas: Alicia Cañas, la primera alcaldesa de Chile
Fue la primera mujer en asumir como alcaldesa en Sudamérica tras ser elegida por votación popular. Las elecciones municipales de 1935 fue la primera vez en la historia de Chile que se permitió votar a las mujeres y además postular a los cargos públicos en escrutinio. En esa ocasión se presentaron 16 mujeres y solo 2 lograron la mayoría absoluta: Aída Nuño en San Felipe y Alicia Cañas en Providencia. Esas elecciones estuvieron rodeadas de acusaciones de cohecho, suplantación de identidad y anulación de votos. Se habían sumado 63 mil votantes al padrón, equivalente a las las mujeres que recién podían acceder al privilegio que era en esa época votar. No todos estaban de acuerdo con este paso. El conteo a mano tardó cerca de un mes, y después de casi siete meses Alicia Cañas pudo asumir el cargo.
Nació en una familia acomodada. Enviudó a los 24 años y volvió a casarse, pero no fue conocida como la señora de. La consideraban una rebelde por ser progresista e independiente. Manejaba su propio auto, lo que, además de llamar la atención, le daba la facilidad de moverse sola, cosa rara en la época. Era conocida en los círculos sociales por participar en beneficencias, apoyando a bomberos y liderando una fundación para ciegos. Asumió el cargo a los 34 años. La prensa acusaba que había ganado la elección “por ser bonita”, pero ella tenía la idea de que los espacios públicos debían ser transformados para los ciudadanos.
Quiso convertir Providencia en una Ciudad Jardín y planificó la comuna como la conocemos hoy. Hizo un plan urbanístico que reemplazó chacras y peladeros por plazas y calles arboladas, como lo son hoy las calles Pocuro y Los Leones. Remodeló la avenida Andrés Bello con el parque actual y construyó el Mercado Municipal, un paseo obligado durante muchos años para quienes frecuentaban el sector. En 1941 volvió a asumir. Por su gestión recibió propuestas para seguir en cargos públicos y presentarse al Congreso, pero luego del segundo periodo decidió retirarse de manera definitiva, hastiada de la política. Murió poco después de cumplir 100 años y bautizaron una plaza en su nombre para recordar a quien abrió el camino de la mujer en la vida política.