No cabe duda que las peticiones de matrimonio son material constante de creatividad, reinvención y sorpresas.
Sin embargo, las cosas no siempre salen como lo esperado. Ya sea porque el amor no es el suficiente como para dar el paso o por inconvenientes registrados durante la petición.
Lamentablemente para las aspiraciones del protagonista de esta historia, las consecuencias de su intento por formalizar su relación en un matrimonio no salieron bien... para nada bien.
Fue durante el 27 de abril que la pareja en cuestión visitó un local de McDonald's ubicado en un centro comercial de Sandton, Johannesburgo, Sudáfrica.
En medio de la fila, el enamorado se arrodilló y sacó un anillo de su bolsillo. La suerte estaba echada.
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Los otros clientes se percataron de lo que estaba ocurriendo. Todos sonreían. Todos lo apoyaban. Pero la cajera, quien estaba atendiendo a la mujer a quien le estaban pidiendo la mano, se quedó congelada y se llevó una mano a la cara.
Algo no estaba bien y así lo hizo notar la pareja del enamorado. Y es que su cara de disgusto lo decía todo, dado que también estaba tomándose la cara y no daba una respuesta a la petición.
La situación se dilataba y dilataba mientras otros clientes aplaudían y llamaban a la mujera dar una respuesta afirmativa... la cual no llegó. Nunca.
Y es que la mujer se dio vuelta y lo miró con cara de disgusto y, acto seguido, se retiró del lugar con un evidente enojo.
El sujeto la siguió después de unos minutos y se desconoce qué ocurrió después, pero se cree que la negativa vino de parte de la mujer por el lugar escogido para poder pedir matrimonio. ¿Le faltó romanticismo al enamorado?