La historia de Mary Maxwell puede calificarse como trágica, pero a la vez como una de resiliencia. Cuando tenía dos años, su madre murió por una enfermedad cardíaca ligada a la obesidad. Su padre falleció por culpa del cáncer incluso antes que ella naciera, y al poco tiempo su tía de 26 años también murió por una condición relacionada a la obesidad.
Las muertes de sus familiares más cercanos, no obstante, no lograron hacer que Maxwell decidiera cambiar su vida por una saludable, sino que la mujer se refugió en la comida, a la que incluso llegón a considerar una "amiga".
A los 19 años, Mary Maxwell llegó a pesar 136 kilos y empezó a ver a la comida como un enemigo. Según contó al diario británico Metro, no solo sufría de bullying en su época escolar, sino que también se daba cuenta que en su vida adulta las personas la evitaban y cuando iba a fiestas o reuniones de trabajo sus compañeros "desaparecían".
Cuando cumplió 21 años, Mary decidió someterse a un bypass gástrico para tratar su problema, y ahora, cuatro años más tarde demuestra sus avances en Instagram. Pero la mujer explica a través de la misma red social que no todo ha sido un cuento de hadas.
"Nunca me he sentido amada y nunca me he sentido completa", escribió recientemente Maxwell.
Su historia refleja también la parte más dura de bajar de peso, y los problemas sicológicas que ello puede conllevar. Aunque ahora Mary declara ser feliz con su vida, pero aún tiene un problema, para el cual pide fondos mediante internet, pues quiere operarse por la piel extra que le quedó.