Muere el célebre fotógrafo Bill Cunningham
El célebre fotógrafo de moda de The New York Times, Bill Cunningham, murió a los 87 años el sábado, anunció el periódico en el que trabajó casi cuatro décadas.
Cunningham, una leyenda viviente que inventó la fotografía de moda en la calle, fue hospitalizado luego de sufrir un ataque, precisó el cotidiano, que lo calificó como un "antropólogo cultural atípico".
Ojos al acecho, un poco encorvado, siempre con una chaqueta azul y una cámara fotográfica, hasta hace poco análoga, alrededor del cuello, Cunningham tenía una pasión: fotografiar el estilo.
Este hombre discreto, nacido en Massachusetts en 1920, sabía ver antes que nadie "lo que debía ser tendencia en seis meses", estimaba Anna Wintour, jefa de redacción de Vogue en Estados Unidos, en un documental sobre el fotógrafo, "Bill Cunningham New York".
Hombre de conocimiento enciclopédico, este fotógrafo dominaba el arte de descubrir las tendencias principales, incluso de avant-garde, en la calle, en los escenarios o en las fiestas mundanas.
"Hay que dejar que la calle te diga cuál es la historia", dijo a la AFP en 2014 aquel que también afirmó "no ser buen fotógrafo".
"No hay que tener ideas preconcebidas, hay que salir y dejar que la calle te hable", añadía Cunningham, que comenzó su carrera creando sombreros para los neoyorquinos de la alta sociedad.
En 1963, trabajaba en Chez Ninon, un taller de costura a la medida, cuando Jackie Kennedy, una clienta regular, le envió un traje sastre Dior rojo antes de los funerales de su marido, el presidente de EE.UU. que fue asesinado en 1963.
Sus primeras fotografías de desconocidos, y también de celebridades como la actriz Greta Garbo en 1987, le permitieron conseguir una columna regular en The New York Times, "On The Street" ("En la calle"), donde cada semana son expuestas las últimas tendencias. Los hombres en falda, el leopardo, las blusas de día y de noche, una nueva paleta de colores o estampados.
"Su compañía era buscada por los ricos y poderosos del mundo de la moda, y sin embargo siempre fue uno de los hombres más amables, más dulces y humildes que he conocido", declaró el director del diario neoyorquino, Arthur Sulzberger Jr, que añadió: "perdimos una leyenda".