Monserrat Álvarez en “De tú a tú”: los 17 pololos que tuvo antes de casarse y de su amor actual
Este domingo en “De tú a tú”, Martín Cárcamo visitó la casa de Monserrat Álvarez, periodista y animadora del matinal de Chilevisión, “Contigo en la mañana”.
Álvarez habló de su infancia y explicó que sus padres eran muy religiosos, pero muy liberales a la vez. “De hecho, mi mamá fue monja, novicia”, reveló. Monserrat nació en Los Angeles, California, porque su papá estudiaba Sociología allá. “Yo nací allá, tengo pasaporte gringo, pero soy una idiota para el inglés”, indicó. Su madre, en tanto, es filósofa y a sus 90 años aún hace clases.
La exfigura de Canal 13 dijo que en su casa siempre hubo “mucha sobremesa y mucha conversación profunda, yo creo que lo intensa que soy viene de ahí”. Penúltima de 5 hermanos, su niñez no fue tan feliz por una personalidad contradictoria. “Empecé a ir al psicólogo a los 10 años, me angustiaba la muerte heavy. En mi casa escuchaban a Violeta Parra y yo me ponía a llorar, me imaginaba la muerte. Era súper alegre, pero tenía un lado angustioso, un poco existencial”, contó.
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Además, tuvo que luchar toda su infancia con el estrabismo. “Era turnia de los dos ojos. Veía doble, yo todavía veo la luna y veo dos lunas. Eso me generó muchos problemas. Como no tengo profundidad, me servía la leche fuera del vaso, me andaba pegando, no podía jugar a equilibrarme en la cuneta. Iba usando parches en un ojo y después en el otro hasta los 12 años”, reveló, agregando que la operaron tres veces.
Tal vez por eso, su inseguridad hizo estragos en su vida. “Yo tengo un problema en mi autopercepción. Como veo tan mal, me siento muy insegura... aunque no me veo insegura. Era gordita, con parche y con anteojos, entonces me sentía disminuida (...) En la adolescencia lo pasé mucho mejor que en mi niñez”, rememoró.
De hecho, siendo adolescente se convirtió en permanente presidenta del centro de alumnos y animaba y cantaba en los recreos. Además, su vida amorosa floreció. “Fueron 17 pololos desde los 14 años en adelante, hasta que me casé a los 27”, enumeró.
Según contó, nunca en la vida se le pasó por la cabeza estudiar Periodismo. “Nunca tuve dudas de que quería estudiar Historia, sólo postulé a eso. Pero me fue mal en el examen escrito porque tenía mala letra, y entré recién en el tercer llamado. Mis hermanos fueron todos puntajes nacionales, entonces me sentía la oveja negra y entré con el ego súper bajo a la universidad”, contó. Afortunadamente, encontró su lugar cuando empezó a tomar clases de periodismo. “A la primera clase de periodismo que entré me volvió el alma al cuerpo. Historia es una carrera súper solitaria”, opinó.
Álvarez recibió un saludo desde Francia de su hermana Francisca, que hace danza aérea. Entonces, recordó a su hermano mayor Sebastián, quien era arquitecto y falleció hace 24 años por un accidente muy fortuito al terminar una construcción en Nueva York. “Para mí era la influencia más grande que tenía, toda mi adolescencia. Yo salía mucho con mi hermano. Él se fue a vivir a Nueva York y yo me fui un mes con él a la misma pieza... era demasiado entretenido, lleno de ideas”, recordó.
Sobre el momento mismo en que le comunicaron su fallecimiento, Monserrat dijo sentirse aún mal al respecto. “Esa noche no me gusta recordarla, fue muy terrible. No nos alcanzamos a despedir. El peor momento del día es cuando tú abres los ojos en la mañana. Abres los ojos y no puedes creer la nueva vida que tienes, despertar es terrible, todas las mañanas”, indicó, y agregó que pasó por una depresión tras su muerte, hasta que pasó algo que la salvó.
Tras el quiebre de su matrimonio de 19 años, un amigo de infancia se conectó con ella. Se trataba de Carlos Fernández, escultor 7 años mayor que Monserrat. “Carlitos me amaba desde que yo era pequeña con parche en el ojo. Nuestras familias se conocían, yo conocía a sus papás y todo desde siempre. Nos encontramos porque éramos apoderados del mismo colegio y ahí me echó el ojo de nuevo”, narró la ex lectora de noticias.
Sin embargo, el reencuentro no fue tan fácil al principio. “Carlitos cachó que me había separado y me joteó, me mandó un mensaje por Facebook. Yo no cacho nada de Facebook porque lo vi como a los siete meses”, reveló. Finalmente, pese a la espera, salieron y empezaron una relación que dura hasta hoy.
“Es lo máximo, lo amo, total. Es todo lo que yo no soy, somos súper complementarios. Él me ha enseñado mucho, vive totalmente el presente. Al principio yo me urgía mucho de que él no pensara en el futuro, pero me encanta esa capacidad que tiene de estar tranquilo, simpático e inteligente”, manifestó sobre él.