La historia de Ivy: la niña que no debe llorar, transpirar ni tomar un baño de tina
Ivy Angerman, con apenas 18 meses de vida, no puede llorar, sudar ni bañarse sin que le salga urticaria y unas dolorosas ampollas en su piel. Esto se debe a que la menor le tiene alergia al agua.
Sus padres notaron que algo andaba mal cuando vieron que Ivy tenía una erupción roja mientras estaba en la bañera, pero pensaron que se debía al champú o al jabón. "Intentamos todo y nada cambió, así que la metimos en agua y todavía tiene ampollas", explicó Brittany Angerman, madre de la niña, al periódico británico Metro "Probamos el agua de nuestros padres, probamos el agua de la ciudad, el agua del campo y nada cambió".
En octubre del año pasado, Brittany y su esposo Daniel llevaron a su hija al médico donde le diagnosticaron urticaria acuagénica, una enfermedad que solo afecta a una persona entre 50.
Los padres de Ivy aprendieron que la vida de la menor estaba llena de restricciones. Ella no puede disfrutar de un baño, jugar en la piscina o con la manguera en el patio de su casa. Tampoco puede llorar, sudar o caminar bajo la lluvia sin que se vea dañada su piel. "Ahora está en el punto donde no puede bañarse por más de 15 o 20 segundos antes de comenzar a gritar", dice su madre. "Ella trata de salir la bañera porque se está lastimando".
Es por esto que Brittany y Daniel han tenido que recurrir al uso de sanitizadores y toallitas húmedas para limpiar a su hija. "Tenemos que darle un baño a la semana. Parece que su piel está lavada con cloro, de hecho estoy lavando a mi hija con lejía", señala Angerman.
La madre de la menor también cuenta que lo más difícil es evitar que su hija llore ya que "es una niña y querrá llorar mucho".
Para mantener la reacción alérgica lo más pequeña posible, Ivy toma antihistamínicos. Sin embargo, solo los ocupa en días húmedos ya que sus padres tienen miedo a que se vuelva inmune a ellos.
A la pequeña niña antes le encantaba jugar con agua en el jardín trasero de su casa, pero ahora tiene miedo. A su madre le preocupa que esto pueda afectar el desarrollo de su hija. "Me preocupa: ¿qué sucede si un día un niño en la escuela decide verter agua sobre ella? Me preocupa que la molesten o se burlen de ella cuando sea mayor", dijo Brittany Angerman.