Azize Ay trabaja de cocinera para una empresa en Diyarbakır, ciudad turca ubicada a las orillas del río Tigris. Pero hubo un sueño que mantuvo desde los seis años de edad: jugar fútbol.
Por eso rechazó todas las propuestas de matrimonio que tuvo hasta los 40 años y llegó a desafiar a su familia.
"Un día preparé mis maletas y le dije a mis padres: 'Los abandono para jugar para un club'", relata. Le respondieron que antes la preferían muerta.
"'Está bien', les dije, 'pero me entierran debajo del banderín de córner'", le contó Azize al periodista Hatice Kamer, del servicio turco de la BBC.
Ahora, con 49 años, Azize logró hacer realidad su sueño al ser fichada por el Diyarbekirspor Fútbol Club.
"Ellos llegaron a mi casa, me ofrecieron té, flores, chocolate y una ficha con el número 21", describió el momento como si lo estuviera viviendo otra vez.
Azize juega junto a chicas que van desde los 12 a los 17 años, quienes la recibieron como una más en el grupo, hasta el punto que para la mayoría de sus compañeras es como si fuera la mascota del equipo.
Fútbol en la sangre
Hincha del Fenerbahçe, la veterana jugadora dice llevar su pasión por el balón en las venas gracias a su progenitor, quien murió cuando tenía tres meses.
"Mi papá jugaba fútbol y él debe haber sido quien me pasó este amor. Yo siempre he jugado desde que tenía 6 años, siempre con una pelota cuando era una niña. Estoy muy contenta, pese a que tengo 49 años me siento como si tuviera 17 o 18", expresó.
Tras la muerte de su padre, la madre de Azize se casó con su tío, quien fue el principal opositor a la idea de que practicara el deporte.
Sin embargo, su deseo de ser futbolista fue más fuerte.
La delantera se imaginaba que le pondría los nombres de sus ídolos del Fenerbahçe a sus hijos y nombró varios de ellos con una sonrisa.
"Ilyas, Selçuk, Aykut, Oguz, Divan, Erdi...", pero no pudo hacerlo ya que no tuvo hijos cuando se casó.
Igual no es algo que menciona con tristeza.
"Ahora tengo 11 hijas en el campo y eso me hace muy feliz".
Pero lo que sí pudo hacer fue llevar los colores de su equipo el día de su boda.
"Quería llevar un vestido amarillo y azul, pero como no me dejaron, escogí un bouquet con esos colores", dijo.
El gran debut
Azize se convirtió oficialmente en futbolista el pasado 6 de febrero cuando la federación aprobó su licencia como jugadora.
Su primer partido lo disputó hace una semana frente al Erganispor. Jugó los últimos 20 minutos del encuentro. Su reto es llegar a completar 60 minutos en su próximo partido.
Una de sus compañeras, Yagmur Çetin, considera que su presencia en el campo es un ejemplo para el resto de las mujeres.
"Es tan bonito, es perfecto, la miro con mi boca abierta. La quiero como a mi madre y juega tan bien. Me gusta tanto que la llamo Ronaldo", admitió.
"A su edad hay tan poca gente que tenga esas ganas y las mujeres se interesan en unirse al club cuando la ven".
Para ella se trata del complemento ideal a su vida.
"No todo el mundo tiene la oportunidad de convertirse en una jugadora de fútbol a los 48 años", agradeció.