Hace 52 años Donna Pavey, texana de 18 años, fue madre por primera vez. Debido a su corta edad, sus padres decidieron que la mejor opción era dar en adopción al bebé. Y así ocurrió.
En 1965 Donna tuvo que separarse de su hija. Posteriormente se casó y tuvo dos hijas más. Sin embargo nunca perdió la esperanza de volver a ver al bebé que dio en adopción.
Hace una semana su sueño se hizo realidad.
La hija de Pavey, Sharon Glidden, se enteró de que era adoptada. Sus padres, Theodore Hotaling y Edna Gallo, nunca le habían querido contar la verdad y guardaron el secreto hasta sus muertes, en 2007 y 2011.
"Mis padres adoptivos transformaron en su misión de vida el que yo siempre me sintiera amada", dijo Glidden a ABC. "Yo era un niña feliz y sólo acepté lo que me dijeron."
Pese a esto, Sharon comenzó a investigar sus raíces en Ancestry.com, sitio dedicado a cruzar datos de ADN y así unir unir lazos entre personas que quizás no se conocen.
De pronto llegaron las respuestas que tanto esperaba. Su ADN la relacionaba con una hermana de su padre a la que nunca había visto y a Donna Pavey.
"Llamé a mi tía en Nueva York, ni siquiera recibí la mitad de la frase y ella dijo: 'Sí, cariño, fuiste adoptada', agregó Glidden.
Enseguida encontró a Pavey en Facebook y se embarcó en un viaje de seis horas a Kingsland, Texas, para conocerla.
El 5 de mayo Sharon y Donna se reencontraron. Entre lágrimas y sonrisas compartieron el primer abrazo luego de haber sido separadas por tanto tiempo.
"¡Te amo!", gritó su madre en un largo llanto al reconocerla. "¡Mis ojos, mi boca!", respondió Sharon al observarla de cerca y comparar la similitud entre ambas.
"Desde el tiempo que la concebí que la quise. Recé y recé y tan pronto como vi las fotografías de la madre adoptiva dije: 'Gracias, Dios, por cuidar de mi bebé'", contó Donna a ABC News.
"Tendré un corazón entero por primera vez en mi vida”, añadió Pavey, quien ahora quiere recuperar parte del tiempo que pasó alejada de su hija. Planea mudarse cerca de su casa y conocer a todos sus nietos.