Brianna Rawlings, una joven australiana de 19 años, fue diagnosticada con leucemia cuando tenía cuatro meses de gestación.
Dado su estado de salud, los médicos le dieron dos opciones: iniciar el tratamiento contra el cáncer, lo que llevaría consecuencias en el feto o continuar el embarazo, esta vez poniendo en riesgo su vida.
Según consigna Daily Mail, Brianna decidió continuar el embarazo sin iniciar la medicación para tratar la leucemia, logrando dar a luz a su hijo Kyden.
Sin embargo, desde los seis meses de gestación la salud de la joven se complicó. Rawlings sufrió de fiebre, dolor y malestares constantes, por lo que debió someterse a una cesárea de emergencia para dejar a Kyden crecer y desarrollarse en una incubadora.
El nacimiento del bebé fue un éxito, pero debido a su condición de prematuro y a una infección estomacal, Kyden falleció a los 12 días de vida.
"Esos 12 días pude pasar con mi bebé Kyden, abrazándolo, contando los dedos de los pies y los dedos y hablando con él como lo haría cuando él estaba en mi barriga.¡Fueron tan especiales, fueron los mejores 12 días de mi vida!", comentó la madre a los medios.
Tras la muerte de su hijo, Brianna estaba dispuesta a someterse al tratamiento contra la leucemia, pero su salud fue empeorando y murió el 29 de diciembre de 2018, dos meses después del nacimiento de Kyle.