AFP
Los humanos pueden reconocer unos 5.000 rostros de media entre familiares, amigos y desconocidos, según un primer estudio sobre este tema.
Durante gran parte de la historia, los humanos vivieron en pequeños grupos de un centenar de individuos, una situación que cambió de forma radical en los últimos siglos.
El estudio realizado por científicos de la Universidad Británica de York muestra que nuestras capacidades de reconocimiento facial nos permiten distinguir a diario miles de caras vistas en lugares muy concurridos, en las pantallas de nuestros móviles o en los televisores.
"En nuestro día a día, estamos acostumbrados a identificar a amigos, colegas y famosos, así como a otras numerosas personas", asegura Rob Jenkins, del departamento de psicología de York. "Pero nadie ha establecido el número de caras que la gente conoce realmente".
Para la investigación, publicada en la revista británica Proceedings of the Royal Society B, Jenkins y su equipo pidieron a los participantes que apuntaran todos los rostros que recordaban de su vida privada.
Se les solicitó luego que hicieran lo mismo con personas a las que solamente podrían identificar sin conocerlas personalmente.
También se les enseñó miles de imágenes de celebridades para saber a quienes podían reconocer.
Cada uno de los participantes logró recordar entre 1.000 y 10.000 caras.
"Hemos comprobado que la gente conocía de media unos 5.000 rostros", explica Jenkins.
Para los científicos, ese estudio inédito podría ayudar a desarrollar nuevos programas de reconocimiento facial como los que cada vez se utilizan más en los aeropuertos y en las investigaciones criminales.
También podría permitir a los científicos entender mejor los casos de identificación errónea.
"A menudo las caras desconocidas se identifican mal. Los rostros familiares se identifican de forma muy fiable, pero no sabemos exactamente cómo", según Jenkins.
El equipo que se concentró en el número de rostros que los humanos conocen realmente considera que algunas personas quizás logren aprender a reconocer un número ilimitado de caras, con la suficiente práctica.