Los increíbles beneficios de dormir siesta todos los días
Una siesta durante el día o un descanso después de almuerzo, es el deseo de muchas personas para cada día.
Es muy probable que después de almuerzo baje el sueño, ya que el organismo empieza a trabajar más. El cansancio se hace presente y muchas veces no te deja realizar las actividades con normalidad.
Dormir es parte de una vida saludable. Es la base para que tener energía para la jornada diaria que vivimos.
¿Te gusta dormir siesta? Expertos dicen que sería bueno, para los trabajadores y las personas en general, tener un tiempo durante el día para tomar una.
"La siesta productiva y depuradora no debe durar más de 20 a 30 minutos en el día, y se debe realizar idealmente después de almuerzo para favorecer la digestión", dice el psicólogo Carlos Verges, Máster en psicoanálisis y psiconeurología.
La Universidad de Harvard desarrolló un estudio el 2007 y descubrió que las personas que suelen dormir media hora después de almuerzo tienen mejor memoria, ánimo o reduce el estrés. Sin embargo, la NASA fue más exacta y, según un estudio, demostró que 26 minutos es el tiempo perfecto para una siesta.
En T13.cl te contamos cuáles son los beneficios saludables de tomar una siesta de 20 a 30 minutos cada día, según el psicólogo clínico Carlos Verges.
Mejora el rendimiento físico: existe una correlación entre las siestas cortas y la mejora de las habilidades atléticas y mentales. Sin embargo, si duermes pocas horas, tu cuerpo empezará a dar malas señales y puede afectar tu salud física y mental.
Disminuye el estrés: si no duermes bien puedes sentirse estresado. Para eso es mejor tomar una siesta durante el día, así reduces las hormonas del estrés.
Mejora la función cognitiva: Las siestas pueden ayudar a aprender y recordar cosas. Entonces, si vas a estudiar intenta tomar una siesta de no más de media hora y tu rendimiento mental mejorará. Además, mejora la concentración y la atención. La siesta funciona como un drenaje de la tensión cognitiva (reinicio y formateo del aparato cognitivo).
Evita la ansiedad de comer: Normalmente cuando se duerme poco y se está muchas horas despierto, se suele tener más ganas de comer cosas no saludables, como dulces, chocolates o café para equilibrar el azúcar que hay en la sangre. Por ende, es mejor dormir una siesta y así se podrá reducir las ganas de comer y mejorar el estado de ánimo.
Reduce los riesgos cardíacos: Un estudio de la Escuela de Medicina de Atenas y la Escuela de Salud Pública de Harvard demostró que las personas que toman siesta regularmente tienen la mortalidad coronaria más baja que los que no toman siesta. Los médicos recomiendan tomar tiempo de descanso, eso ayudará a disminuir los riesgos de enfermedades cardíacas.
Mejora la capacidad creativa y de plasticidad neurológica: En niños, de hasta 12 años, favorece la madurez y el control de conductas impulsivas.
Mejora el ánimo y el buen humor: favorece un buen proceso hormonal metabólico.
Por otro lado, es importante tener presente que no todos necesitan una siesta. Se recomienda para quienes hayan dormido menos de ocho horas en la noche, tiempo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja. Además, según el sicólogo Verges, también es favorable para:
- Personas ansiosas (trastornos de ansiedad generalizada), con cuadros de estrés prolongados. Tales como estrés asistencial (síndrome de burnout).
- Niños que presenten irritabilidad e impulsividad.
- Personas que presenten problemas de concentración y atención (en especial niños y jóvenes en procesos académicos).
- Pacientes convalecientes de alguna enfermedad traumática y crónica.
- Personas que mantengan un desgaste prolongado en la atención y trabajo motriz repetido (choferes, trabajadores que mantengan altos riesgos laborales).
Por el contrario, “el exceso de siesta puede producir insomnio y problemas de conciliación del sueño. Además de somnolencia excesiva durante el día, que impida el buen desempeño”, dice Carlos Verges. Por este motivo, hay que tratar de que la siesta se establezca antes de las 15 pm, para no interferir en el proceso natural del día.