Zoya Tuganova es una funcionaria ferroviaria de Rusia que tiene 69 años y que dio a conocer una conmovedora historia.
Todo ocurrió hace 30 años, cuando dio a luz a una bebé a la cual llamó Ekaterina, a la que vio por solo unos segundos. La cesárea la dejó cansada y cuando despertó tenía a su lado otro bebé. Por más que reclamó, nadie la escuchó. Incluso, los médicos amenazaron con internarla en un psiquiátrico.
“No podían creer que hubo un error, que alguien cambió los bebés. La que tenía no era mi bebé y yo grité pero nadie me escuchó. Así que me resigné”, contó a The Siberian Times
Así, ella y su marido criaron durante 30 años a una niña que no era su hija. La llamaron Katya.
Tiempo después, la misma Katya decidió paralizar todo para ayudar a su madre a buscar a su verdadera hija. “No podía soportar sus lágrimas. Toda la vida la vi llorar, así que decidí iniciar una investigación propia”, contó la joven.
Revisaron archivos hospitalarios de su ciudad hasta que encontraron a Lucía, la verdadera hija de Zoya, quien había sido criada por una mujer llamada Elvira Tuligenova hasta los 13 años. Aquella madre de crianza falleció por alcoholismo y su padre fue detenido por asesinato. Lucía pidió limosna en las calles para sobrevivir hasta que fue trasladada a un orfanato.
Los exámenes de ADN confirmaron que Lucía era la hija que había tenido Zoya hace 30 años.
Hoy, Zoya ha reconstruido su historia. Se siente feliz como madre de ambas y la abuela de cuatro nietos, uno de Katya y tres de Lucía.
Zoya inició una demanda al hospital de Cheliábinsk por unos 52 mil dólares.
