"¿Sabías que Edwina ni siquiera lloró cuando el cocodrilo le arrancó la pierna? Ni siquiera lloró. Estaba fascinada, simplemente fascinada. Su mamá se desmayó. Su papá se desmayó. La mitad de quienes estaban ahí se desmayaron. Y Edwina simplemente se quedó ahí parada, viendo cómo masticaba su pierna... ¿Sabes qué? Dijo que siempre había querido ser (el pirata pata de palo) Long John Silver".
Bienvenido al extraño mundo de los sueños de Dion McGregor.
De día, MacGregor era un aspirante a compositor, cuya canción Where is the wonder sería eventualmente grabada por Barbra Streisand. De noche, era la más dramática de las personas que hablan dormidas.
Grabaciones de sus monólogos en clave de humor se convirtieron en discos de culto en los años 60. Ahora han llamado la atención de los especialistas que investigan el sueño, quienes ven en ellas una ventana sin precedentes a los extraños viajes nocturnos de nuestras mentes.
En circunstancias normales solo capturamos unos retazos del paisaje de los sueños. Por mucho que nos queramos aferrar a fragmentos de pensamientos, sentimientos y sensaciones, pronto se evaporan bajo el brillo del despertar de nuestra conciencia.
En contraste, las cintas de McGregor ofrecen horas del sueño de un hombre narrados con increíble detalle.
Las historias están llenas de personajes excéntricos como Edwina; ocupan un lugar siniestro donde una simple bandeja giratoria puede inspirar un peligroso juego de ruleta rusa.
Un hábito irritante
El aspirante a compositor estaba pasando por una mala racha, quedándose en el sofá de unos amigos en la ciudad
"Era un individuo muy amable y muy erudito, conocidos por su agudo ingenio", dice el poeta y aficionado a McGregor Steve Venright, de origen canadiense.
De más estar decir que sus compañeros de departamento encontraban su hábito más irritante que curioso.
El 14% de nosotros habla dormido. Pero se trata generalmente de unas pocas frases.
Pero cuando McGregor se mudó con su colega Michael Barr a la Primera Avenida, sus "somniloquios" se encontraron con una audiencia verdaderamente dispuesta.
Muy temprano por la mañana, Barr se escurría en la sala y colocaba un micrófono cerca de la cabeza de McGregor y comenzaba a grabarlo.
Aunque el 14% de nosotros habla dormido de manera regular, normalmente se trata de unas pocas frases masculladas.
Barr, sin embargo, grabó historias con tal nivel de detalle que hasta el propio McGregor se sorprendió con su contenido.
"Como ser famoso por mojar la cama"
<span >Fascinado, Barr se las mostraba con frecuencia a sus amigos.
<span >"Para él eran lo más destacado de su vida", dice Phil Milstein, un productor musical que comenzaría a intercambiar correspondencia con Barr y McGregor años después.
Eventualmente las cintas llamaron la atención del legendario sello disquero Decca, que ofreció sacar un disco con una selección.
El resultado fue un LP, The Dream World of Dion McGregor ("El mundo de los sueños de Dion McGregor"), que salió a la venta en 1964, y un libro de la editorial Random House.
Temiendo que se tratara de un engaño elaborado, el sello le encargó a un psiquiatra que examinara a McGregor. Y el veredicto fue que estaba saludable, sano mentalmente y que no estaba mintiendo.
Era una aproximación sin precedentes al surrealismo, donde el estado desueño se presenta sin filtro, sin mediación del arte o de la interpretación artística
Mientras que Barr estaba encantando por haber llevado las extrañas historias a una audiencia más amplia (su ambición última era escribir un musical basado en estos episodios), McGregor estaba un poco avergonzado por la atención que éstas le ganaron.
"Es como ser famoso por mojar la cama", dijo una vez en una entrevista.
The Dream World of Dion McGregor dejó de distribuirse pronto, pero no sin antes capturar la imaginación de unos pocos fans ávidos, como Milstein, quien tropezó con una de las cintas cuando hacía un artículo sobre "las grabaciones con menos sentido del mundo".
"Era una aproximación sin precedentes al surrealismo, donde el estado de sueño se presenta sin filtro, sin mediación del arte o de la interpretación artística", dice.
Después de una larga búsqueda, Milstein encontró algunas cintas desconocidas y produjo otro disco de somniloquios en los años 90 para el sello Tzadik. Eventualmente le pasó el testigo a Venright, que publicó otros dos discos bajo la firma Torpor Vigil Records.
¡Dale vuelta!
"Con frecuencia tenían una forma literaria, como si fuera un autor de sueños", dice Venright. "Su calidad cinematográfica hacía que escucharlos fuera una experiencia cautivadora".
Tómese por caso una grabación, llamada Food Roulette ("Ruleta de comida"), que aparece en The Further Somniloquies of Dion McGregor ("Más somniloquios de Dion McGregor").
Se trata de una historia amenazante, que involucra una de esas bandejas giratorias que se usan para poner pasteles, y que inglés se conocen como "Lazy Susans".
"Tenemos un éclair envenenado allá y alguien va a agarrarlo. Así que ¡dale vuelta!, ¡dale vuelta!, ¡dale vuelta!"... dice McGregor, momento en el que adopta un tono maniaco.
Los fanáticos también quedaron impresionados con la variedad de acentos desplegada por McGregor. Esto se puede apreciar en Our Town ("Nuestro pueblo"), que aparece en The Dream World of Dion McGregor.
Unicornios, dodos, sirenas... Todo es posible en el mundo de los sueños.
En éste se cuenta la historia de las pequeñas disputas de una comunidad. El monólogo resultante parece el comienzo de un cuento de Eudora Welty o Raymond Carver.
En varios tracks, le habla a una persona invisible. "Es como si pudieras convertirte en un personaje en el sueño", dice Venright.
¿Sueño híbrido?
Pero sobre todo, muchos son simplemente graciosos, con "una cadencia cómica impecable", según Milstein.
"A pesar de lo oscuro del material, había verdadero humor negro en mucho de lo que decía", asegura Venright.
Es posible que las grabaciones no sean del gusto de todo el mundo, pero llamaron la atención de la académica de Harvard Deirdre Barrett.
Barrett señala que las aseveraciones de quienes hablan dormidos no siempre coinciden con lo que están soñando. El discurso parece más bien un reflejo sin una historia asociada.
En otros casos, sin embargo, quienes hablan dormidos reportan sueños que coinciden ampliamente con sus somniloquios.
¡No; oh, no! Bueno, veamos. Tengo un dodo, una piedra y un fénix. ¡Oh cielos! Un terodáctilo, si, el unicornio, el grifo; cielos, oh sí, bueno, una sirena no cuenta
Barrett cree que esto probablemente puede explicarse con la idea de un estado híbrido de sueño entre el sueño de movimientos oculares rápidos (REM, por sus siglas en inglés) que normalmente es anfitrión de los sueños, y una sombra de conciencia al despertar.
Como evidencia, Barrett apunta al trabajo de A. M. Arking, quien midió la actividad cerebral de quienes hablan dormidos en el laboratorio. Arking encontró que la constelación de regiones activas del cerebro parecían combinar rastros de REM con mayor actividad en la corteza motora, el área que normalmente estaría "muda" durante el sueño.
Más bien coherentes
Claro que no puede descartarse completamente la posibilidad de que McGregor estuviera fingiendo. Pero dada su reacción a las cintas, Barrett no crea que sea el caso.
"No creo que esperara recibir dinero por ellas", dice. "Si estuvieras pensando en cometer un fraude, ésta parece una opción bastante improbable".
En su primer estudio sobre McGregor, el equipo de Barrett analizó una selección del vasto archivo de transcripciones de Venright para evaluar rasgos como el detalle de las tramas, las emociones, lo amigable o agresivo de los personajes de los sueños, así como la presencia de incongruencias u otras extravagancias que uno espera encontrar en los sueños.
Para compararlos, utilizaron 500 anotaciones tomadas de diarios de sueños de hombres de la edad de mcGregor en los años 60.
Como puede esperarse, Barrett encontró que la vibrante personalidad de McGregor traslucía particularmente en los somniloquios: o bien aparecía más agresivo o mucho más amigable que el durmiente promedio.
Curiosamente, sin embargo, las historias resultaron ser menos extravagantes que el general de los sueños. Eso no significa que no tuvieran elementos fantasiosos, como en este ejemplo, en el que McGregor intenta juntar una sirena con un centauro.
Un peligroso eclair que podría terminar en ruleta rusa...
"Oh, eso no completa mi colección para nada. ¡No; oh, no! Bueno, veamos. Tengo un dodo, una piedra y un fénix. ¡Oh cielos! Un terodáctilo, sí, el unicornio, el grifo; cielos, oh sí, bueno, una sirena no cuenta. ¡Está fuera del agua! No... bueno, si se sale voy a tener que cruzarla con el centauro. ¡Sí! ¿Qué piensas? ¡Ciertamente! Bueno, no sé. ¿Qué piensas? Bueno, si no los cruzas sabes que morirán".
Cazador de sueños
Claramente el cerebro de McGregor no estaba constreñido simplemente a lo mundado del día a día.
Pero dentro de cada historia hay una cierta lógica: la trama es cohesiva de principio a fin, con algunos cambios confusos de escena en el curso de la acción.
"Típicamente no tienen los saltos locos de una historia a otra. Simplemente se trata de un contenido raro", dice Barrett.
La especialista cree que esto puede ser el resultado de un estado híbrido de cerebro, aunque coincide en que es difícil saber si se puede atribuir más bien a la personalidad idiosincrática de McGregor.
McGregor murió en 1994, sin haber conocido del renovado interés en sus somniloquios, aunque es improbable que eso le hubiera gustado. En todo caso,parece que superó su extraño hábito nocturno con la edad.
"Encontrar pareja y mudarse a Oregón parece que lo cambió", dice Venright. "Aun cuando nunca dijo estar agobiado por la ansiedad, insinuó que quizás dejaba que todo saliera cuando estaba dormido, y que cuando finalmente encontró la paz y la felicidad se acabó el asunto".
Milstein coincide. "En retrospectiva, dijo que nunca había dormido tan bien y parecía contento de haber dejado ese episodio en el pasado".